¿Qué es la adversidad en la vida?

¿CÓMO SALIR DE LA DEPRESIÓN?

El psicólogo y neurólogo Boris Cyrulnik acuñó el término resiliencia al estudiar a niños que habían sufrido traumas extremadamente violentos (desde niños encerrados en campos comunistas o campos de concentración nazis o mutilados en la guerra hasta víctimas de abusos sexuales), y descubrió que estos sufrimientos no siempre definen el destino de los futuros adultos.

Hay varios momentos difíciles y oscuros que pueden desafiarnos, desde eventos negativos hasta traumáticos. Hemos visto cómo el término resiliencia tiene su origen en el estudio de niños con traumas profundos, pero esto no significa que los adultos no puedan aplicarlo también.

Estos acontecimientos socavan fundamentalmente el equilibrio del niño y del adulto, creando estrés, dolor y la sensación de haberlo perdido todo. Las personas resistentes, con el tiempo por supuesto, consiguen de alguna manera reconstruir y generar un nuevo futuro para ellos y sus seres queridos.

Esta técnica se utiliza para meditar sobre lo que ocurre a nuestro alrededor y sobre nuestro comportamiento para tratar de encontrar elementos resilientes y aplicarlos a los acontecimientos vitales negativos.

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A raíz de estos descubrimientos y del clamor que suscitaron, se iniciaron una serie de investigaciones para identificar y estudiar a estos niños “especiales”. Al principio, por tanto, la resiliencia se concebía como una característica exclusiva de ciertos individuos, predestinados desde su nacimiento a soportar cualquier acontecimiento negativo.

Garmezy, N. (1987). Estrés, competencia y desarrollo: continuidades en el estudio de los adultos esquizofrénicos, los niños vulnerables a la psicopatología y la búsqueda de los niños resistentes al estrés. American Journal of Orthopsychiatry, 57, 159-174.

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Resiliencia

Para quienes padecen hipocondría, el miedo a la enfermedad suele convertirse en un elemento central de la imagen de sí mismo del sujeto, un tema habitual de conversación y una forma de responder al estrés de la vida.

A menudo, en la hipocondría, la historia clínica se presenta de forma muy detallada y extensa. El “ir al médico” y el deterioro de la relación médico-paciente, con frustración y resentimiento mutuos, son habituales.

El trastorno se distribuye por igual entre hombres y mujeres. Se desconoce la tasa de prevalencia de los síntomas de hipocondría en la población general, pero en la práctica médica general oscila entre el 4% y el 9%.

El tratamiento farmacológico de la hipocondría, suponiendo que la persona acceda a tomar la medicación sin temor a que dañe su organismo, se basa básicamente en los antidepresivos, tanto tricíclicos como ISRS.

Dado que la hipocondría suele equipararse al trastorno obsesivo-compulsivo, considerando las preocupaciones del paciente como obsesiones de la enfermedad, el tratamiento farmacológico refleja las pautas de este trastorno. Así, se utilizan dosis elevadas de antidepresivos serotoninérgicos tomados durante períodos prolongados.

Adversidad o aversión

El término prevención primaria se refiere a la adopción de medidas para evitar la aparición de la enfermedad actuando sobre los factores de riesgo, actuando sobre los cambios de comportamiento y del entorno y siguiendo un enfoque de mejora de las defensas.

El término bienestar en este contexto indica una filosofía en términos holísticos que ve al individuo como responsable individual, involucrado activamente en el proceso de mejorar y aumentar su propia salud.

El PNP y los PRP (Planes Regionales de Prevención) desempeñan un papel de gobernanza y orientación, favoreciendo la conexión e integración entre las acciones previstas por las leyes, los reglamentos y los planes sectoriales.

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Las tres generaciones de educación sanitaria sugieren una transición desde una primera generación (de normas) de preceptualismo, basada en la difusión de información y normas, a una segunda generación de persuasión conductista, con atención a la motivación y la cultura del grupo y el estudio de estrategias de convencimiento, hasta una tercera generación de participación, dirigida a la implicación activa, considerando insuficiente la adhesión a las recomendaciones de los expertos para pasar a la acción uno mismo.

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