¿Cuáles eran las actividades productivas que comenzaron a practicar los pueblos sedentarios?

Agricultura intensiva

Durante la Edad Media llegaron a Europa nuevas plantas traídas por los árabes: arroz, algodón, algarrobo, pistacho, espinacas, cítricos. Tras el descubrimiento de América llegaron el maíz, la patata, la judía, el cacahuete, el tomate, el pimiento y la papaya.

Favoreció el desarrollo de la horticultura y la fruticultura. Entonces se adoptaron nuevas técnicas basadas en la rotación plurianual y la sustitución del barbecho por pastos para el ganado, también para obtener abono natural.

Otros países siguieron el ejemplo de Inglaterra. Por ejemplo, en Francia, donde las técnicas agrícolas medievales dominaron hasta 1750, la escuela fisiocrática de François Quesnay propuso explícitamente la adopción del modelo inglés ya en 1756 (fecha del artículo Fittavoli que Quesnay escribió para la Encyclopédie).

La revolución agrícola británica

A partir del siglo IV de nuestra era, aparecieron grupos humanos hasta entonces desconocidos que caracterizaron la Edad Media europea. También se diferencian físicamente de todos los demás pueblos, tanto de los escitas conocidos por los autores clásicos desde la época de Heródoto, como de los diversos germanos y eslavos que se desplazaban por las fronteras orientales.

Para los romanos tardíos, se trata sin duda de “escitas”, pero mientras que éstos tenían una fina armadura, los recién llegados llevaban ropas harapientas hechas con piel de rata. De ahí que se les identifique automáticamente como el producto de una unión bestial entre brujas góticas y espíritus malignos de las marismas de Meodía o como las vanguardias de los ejércitos de Gog y Magog que, habiendo logrado forzar la barrera construida por Alejandro el Macedonio en Asia, estaban dispuestos a abalanzarse sobre un mundo mediterráneo en decadencia.

Aunque “étnico”, como hemos visto, significa poco para las confederaciones de las estepas, sí podemos determinar (si no, ¿qué sentido tiene la formación histórica?) la pertenencia de un grupo determinado a una cultura determinada durante un cierto periodo de tiempo.

Segunda revolución agrícola

Los palentólogos Richard Leakey y Roger Lewin en su ensayo Orígenes proponen al lector un método muy sencillo para entender la evolución de nuestro planeta.  Imaginemos que la historia de la Tierra es un libro de mil páginas.  La aparición de la vida estaría en la página setecientos cinco.  Los homínidos aparecerían en las tres últimas páginas.  El Homo sapiens sapiens no aparecería hasta la última línea. Y todos los acontecimientos de los últimos diez mil años se condensarían en una última palabra.  Si tuviera que dar un nombre a esa última palabra, un nombre que fija en unas pocas letras doce siglos de historia humana, sólo podría llamarla Agricultura.

Primera revolución agrícola

La zona del Creciente Fértil, hacia el 7500 a.C., con los principales yacimientos del Neolítico precerámico. En la zona de Mesopotamia propiamente dicha, aún no había asentamientos humanos.

Evolución de la temperatura en el periodo postglacial después del último máximo glacial (conocido como LGM) según los datos de los núcleos de la capa de hielo de Groenlandia. La aparición de la agricultura coincide con el periodo de aumento brusco de la temperatura al final del pico glacial del Dryas Reciente y el comienzo del largo periodo cálido del Holoceno[11].

Las pruebas actuales sugieren que la cultura neolítica se introdujo en Europa a través de Anatolia occidental. En todos los yacimientos neolíticos europeos se han encontrado cerámicas y restos de plantas y animales domesticados en Oriente Medio: monocotiledóneas, emmer, cebada, lentejas, cerdos, cabras, ovejas y vacas. Los datos genéticos indican que no hubo domesticación de animales en la Europa neolítica y que todos los animales domesticados procedían de Oriente Próximo[51] La única planta domesticada que no procedía de Oriente Próximo era el mijo, que en cambio procedía de Asia oriental[51] Los primeros vestigios de producción lechera se remontan a hace 5.500 años en Cuiavia (Polonia)[52].