¿Qué es el miedo a la incertidumbre?

Cómo influye la ansiedad relacional en la relación con la pareja

En general, utilizamos la palabra “miedo” para indicar diferentes estados: la emoción que sentimos cuando centramos nuestra atención en un posible “peligro” en el futuro inmediato; el estado emocional desagradable del que aparentemente no podemos identificar las causas; la simple incertidumbre generalizada de la preocupación que a veces llamamos alternativamente “ansiedad”; o, de nuevo, utilizamos este término en frases como “tengo miedo de que se haya acabado el azúcar”, “tengo miedo de que llueva”.

Podemos definir el miedo como un estado de tensión psicológica y física, que determina una activación de los recursos individuales (veremos más adelante cuáles), útiles para preparar al individuo para afrontar de la mejor manera posible una determinada situación que se evalúa como “peligrosa” para uno mismo. El miedo, por tanto, tiene una función positiva cuando es una alarma “realista”, que nos advierte de que estamos potencialmente en peligro.

En 2001, el miedo a la energía nuclear dio paso a otros temores que ocupan el primer plano de la escena social. Uno de los principales temores de las dos últimas décadas se refiere a la salud y, en particular, al contagio del sida.

¿QUÉ ES LA CONCIENCIA?

Hablando de estrés laboral, ¿es usted un visitante frecuente de la ansiedad por el rendimiento en el trabajo, hasta el punto de que demasiado a menudo se siente consumido por ella?  ¡Devóralo tú mismo y descubre cómo hacerlo ahora en 5 bocados!

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Una premisa consoladora necesaria: durante años yo también me empeciné en controlar todo lo que estaba fuera de mí, hasta que un día, iluminado por la constatación de hasta qué punto mi ansiedad por el rendimiento laboral no tenía nada que ver con ciertos acontecimientos, me pregunté: ¿por qué no hacer lo contrario y dejar de hacerlo?  A ver si pasa algo.

Para asegurarte de que lo consigues, pon tu mano en el vientre a la altura del ombligo y asegúrate de que al inhalar, todo el aire fluye hacia esa zona, y al exhalar, todo el aire sale de esa zona.

Brunori Sas – Canzone contro la paura (extracto Sky Arte)

La etimología está ligada al verbo latino angere, ‘apretar’, y de hecho el término esboza un estado emocional muy doloroso y opresivo del que la persona que lo sufre no siempre parece ser consciente.

Ciertas situaciones pueden actuar como “desencadenantes” de la manifestación de este estado de sufrimiento. Por ejemplo, sentirse incapaz de manejar ciertas situaciones, como la dinámica de trabajo o el desempleo, momentos de ruptura o crisis en la rutina diaria normal, cambios inminentes como la enfermedad o el duelo pueden desencadenar este tipo de sentimientos. Del mismo modo, los problemas en las relaciones, como separaciones, traiciones o desavenencias familiares, etc., pueden ser un factor desencadenante.

Por ejemplo, la investigación sobre la ansiedad ante la muerte ha mostrado cómo se relaciona con el neuroticismo, la ansiedad de estado y de rasgo y varias categorías diagnósticas como la depresión o la ansiedad generalizada, aunque es necesario seguir investigando (Neimeyer, Wittkowski y Moser, 2004). Para otros autores, la angustia existencial podría ser un importante factor transdiagnóstico útil para entender los trastornos mentales y que prestar atención a este aspecto contribuye a una perspectiva centrada en la persona sobre los métodos de salud y tratamiento (Bruggen, Vos, Bohlmeijer, & Glas, 2013).

  ¿Cómo saber cuáles son tus miedos?

Maestro Tetsugen Serra “La incertidumbre es el zen”.

La ansiedad parece tener una causa reconocible, interna o externa, real o imaginaria. La ansiedad, en cambio, no se refiere a un objeto identificable. Parece referirse a algo necesario y ausente que se encuentra en la frontera entre el cuerpo y el alma. Algo que amenaza la existencia sin causas evidentes y sin una solución a la que se pueda recurrir.

La distorsión de los mecanismos indicadores de peligro van desde la ausencia de ansiedad ante una situación potencialmente peligrosa, hasta el ataque de pánico en ausencia de causas directas evidentes.

A diferencia de la ansiedad/angustia, los ataques de pánico tienen una aparición repentina y los síntomas son especialmente intensos aunque sean de corta duración: sudoración, aumento del ritmo cardíaco, mareos y temblores, sensación de asfixia y muerte, diarrea, vómitos.

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