¿Cómo saber si es una obsesión?

Obsesión compulsiva

Las obsesiones no son más que pensamientos, imágenes o impulsos que se perciben como intrusivos porque son repetitivos y persistentes, pero sobre todo incontrolables. Estos pensamientos pueden ser incapacitantes, ya que hacen que la persona que los “experimenta” experimente también emociones desagradables, como la ansiedad y la culpa.

Por lo tanto, las compulsiones están destinadas a evitar o reducir la ansiedad y el malestar, a prevenir ciertos acontecimientos temidos o a propiciar ciertos acontecimientos deseados. O bien no guardan una relación realista con el acontecimiento que deben prevenir o son excesivos en relación con él (APA, 2013).

En este sentido, parece que hay genes específicos responsables del trastorno obsesivo compulsivo.  Según un estudio publicado en Nature Communications, dirigido por Elinor K. Karlsson y Kerstin Lindblad-Toh, parecen haberse identificado cuatro genes responsables del TOC.

En el tratamiento del TOC, estos mostraron resultados estables en el tiempo y fueron comparables a la intervención farmacológica con antidepresivos, con una media de 15 sesiones (Otto et al., 2004).

El mejor medicamento para el trastorno obsesivo compulsivo

Se distingue entre las obsesiones y los pensamientos negativos, incluidos los pensamientos negativos automáticos que están justo por debajo del umbral de la conciencia y que pueden ser recordados por la conciencia: se manifiestan como conceptos o imágenes verbales que la persona que los experimenta juzga creíbles.

Vivir en un estado de ansiedad y estrés y generar constantemente obsesiones y pensamientos negativos supone traer consecuencias negativas a la vida de la persona, como la culpa, los pensamientos suicidas o el sentimiento de culpabilidad, pero también síntomas físicos como insomnio, falta de apetito, dolores de cabeza, colitis y otros.

  ¿Cuándo empezar a contar cuentos para dormir?

Repetir las mismas cosas una y otra vez

Afecta a un 2-2,5% de la población general: esto significa que de cada 100 niños, 2 o 3 desarrollarán el trastorno a lo largo de su vida. En Italia, alrededor de 800.000 personas están afectadas por el trastorno obsesivo compulsivo (TOC).

El sujeto a menudo se siente obligado a actuar o pensar de forma sintomática y, por tanto, intenta luchar y resistirse. Aunque intente contrarrestar y ocultar sus acciones o pensamientos, este esfuerzo no le ayuda a cambiar su comportamiento.

Las compulsiones son acciones mentales y/o comportamientos que se producen en respuesta a las obsesiones y representan un intento de resolverlas; suelen ir seguidas de una sensación de alivio del malestar causado por las obsesiones, aunque sólo sea un alivio temporal.

Expresiones frecuentes en los enfermos de TOC son: “No entiendo por qué actúo así”, “¡Quizá me estoy volviendo loco!” o “¡Si la gente supiera que tengo estos pensamientos, pensarían que estoy loco!”.

En este tipo, las obsesiones y compulsiones implican miedos recurrentes y una comprobación prolongada y repetida, relacionada con la duda de haber olvidado algo o haber cometido un error o haber dañado algo o a alguien inadvertidamente.

Obsesión en el amor

En general, los síntomas compulsivos son rituales repetitivos que se estructuran en torno a reglas rígidas que no pueden romperse. La más mínima infracción de una de estas reglas suele provocar una crisis y obliga al sujeto a repetir de nuevo el ritual compulsivo.

El trastorno obsesivo compulsivo afecta a alrededor del 2-3% de la población a lo largo de su vida. En general, el 90% de los enfermos de TOC tienen tanto obsesiones como compulsiones. Este porcentaje se eleva al 98% si se consideran también las compulsiones mentales y de conteo como verdaderos rituales compulsivos. Sin embargo, es posible observar a personas que sólo desarrollan obsesiones y otras sólo compulsiones.

  ¿Cuándo se verifica una cuenta en TikTok?

Otra teoría, de carácter cognitivo, plantea la hipótesis de que la causa de los pensamientos obsesivos está relacionada con la forma en que algunas personas se relacionan con sus pensamientos. En concreto, tendrían dificultades para ver la diferencia entre pensar en algo y hacerlo realmente.  Entonces se inclinarían a creer, por ejemplo, que pensar en hacer daño a alguien es tan moralmente deplorable como hacerlo realmente. Este error cognitivo denominado fusión pensamiento-acción (Berle & Starcevic, 2005) sería, según esta teoría, una de las principales causas del trastorno obsesivo compulsivo.

Puede que también te guste...

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad