¿Qué es el ser en el coaching?
Coaching empresarial
La International Coach Federation define el coaching como una asociación con los clientes que, a través de un proceso creativo, estimula la reflexión, inspirándoles a maximizar su potencial personal y profesional[1].
Contenidos
La Asociación Italiana de Coaching, por su parte, define el coaching como una metodología basada en una relación de partenariado igualitaria (entre el coach y su cliente) que, a través de una relación empresarial (de carácter contractual explícito), tiene como objetivo reconocer, desarrollar y valorizar estrategias, procedimientos y acciones útiles para la consecución de objetivos operativos situados en el futuro del cliente[2].
La palabra tiene su origen en el término francés coche, carruaje o carroza (derivado a su vez del húngaro Kocsis o del checo Koczi). En el siglo XVI, “coche” identificaba un medio de transporte tirado por caballos y conducido por un guía: el cochero. El término anglosajón, en cambio, se refiere al entrenamiento en el ámbito deportivo[3].
Los libros publicados por Timothy Gallwey proponen la aplicación del coaching a muchos campos: desde los deportes, como el tenis, el golf o el esquí, hasta la música y el trabajo; sus sugerencias también se han aplicado a los campos de la empresa, el bienestar y la educación[4].
Coaching laboral
La International Coach Federation define el coaching como una asociación con los clientes que, a través de un proceso creativo, estimula la reflexión, inspirándoles a maximizar su potencial personal y profesional[1].
La Asociación Italiana de Coaching, por su parte, define el coaching como una metodología basada en una relación de partenariado igualitaria (entre el coach y su cliente) que, a través de una relación empresarial (de carácter contractual explícito), tiene como objetivo reconocer, desarrollar y valorizar estrategias, procedimientos y acciones útiles para la consecución de objetivos operativos situados en el futuro del cliente[2].
La palabra tiene su origen en el término francés coche, carruaje o carroza (derivado a su vez del húngaro Kocsis o del checo Koczi). En el siglo XVI, “coche” identificaba un medio de transporte tirado por caballos y conducido por un guía: el cochero. El término anglosajón, en cambio, se refiere al entrenamiento en el ámbito deportivo[3].
Los libros publicados por Timothy Gallwey proponen la aplicación del coaching a muchos campos: desde los deportes, como el tenis, el golf o el esquí, hasta la música y el trabajo; sus sugerencias también se han aplicado a los campos de la empresa, el bienestar y la educación[4].
Qué es el coaching ejecutivo
Gracias al coaching, se amplía el abanico de conductas accionables, ya que las personas toman conciencia de sus estados de ánimo y reacciones y aprenden métodos de gestión alternativos.
En el caso del coach puesto a disposición por la empresa, la dirección indica los objetivos que quiere alcanzar a través del apoyo del coaching, se identifican las personas con las que quiere actuar, se fija un plazo en el que se debe alcanzar el objetivo y se organizan reuniones, que pueden ser individuales y/o de grupo.
Tener un coach en la empresa, o utilizar un coach para un camino de mejora personal, permite “mirar dentro de uno mismo” con el objetivo de comprenderse mejor, aprender a gobernar mejor su comportamiento, sus reacciones, sus emociones, sus acciones y su comunicación.
Coaching Traducción al italiano
Quien se acerca a un curso de coaching tiene sin duda el deseo de mirar dentro de sí mismo, una mirada especial al crecimiento personal y a su propio desarrollo, ese mismo desarrollo por el que un buen coach debe seguir luchando con amorosa constancia.
El entrenamiento en el autocuidado, entendido como un compromiso diario con el crecimiento personal y el autoconocimiento, es un ejercicio útil para cualquier persona que se esfuerce por mejorar su vida, más aún para un coach, que hace del desarrollo del potencial su misión. Hay varios ámbitos en los que se puede cultivar esta formación: los que se señalan a continuación son sólo ejemplos y totalmente personales.
– La vida placentera, que surge de las emociones positivas. A largo plazo, sin embargo, se pone en marcha un mecanismo llamado “adaptación hedonista”: cuando experimentamos placer, tras un pico inicial nos acostumbramos a él de todas formas, y la incidencia de este placer a medio y largo plazo pasa a ser mínima;
Por supuesto, un entrenador debe tener aptitudes personales, actuales y potenciales. La ICF (International Coach Federation) ha identificado 11 competencias clave del coaching, y la AICP (Associazione Italiana Coach Professionisti) ha esbozado las competencias distintivas. Una de estas competencias indicadas por la ICF se refiere a la Presencia en el coaching: el coach accede a su intuición, confía en sus sentimientos internos, muestra confianza para afrontar las emociones fuertes, para gestionarlas sin dejarse abrumar o condicionar por las emociones del cliente.
