¿Cómo cambiar a una persona tóxica?

Características de la persona tóxica

Intentas desesperadamente explicarle tu estado de ánimo, sin ninguna esperanza. Tal vez, tu dolor, tus problemas, son entonces también burlados, menospreciados o utilizados en su beneficio (este último concepto, lo explicaré en un momento).

Y no sólo eso, la persona tóxica también manipula a la gente que le rodea, tratando de hacer tierra quemada para demostrarle que está equivocado, para demostrarle que está loco y que es un visionario. Cuando tiene éxito, estas personas se convierten en peones en su gran tablero de ajedrez que utiliza como aliados incautos cuando es necesario (por desgracia, les aseguro que puede ser muy convincente y creíble).

Sus ideas cambian todo el tiempo; un odio-et-amour tan oscilante que ni siquiera te tomas el tiempo de notarlo. En un momento rozas la perfección y al siguiente eres peor que la basura podrida.

Frases como “yo nunca dije eso”; “¿cómo no te acuerdas? Tú eres el que me ha dicho esto”; “Quizá querías decírmelo, pero no lo hiciste”; “¿Por qué dices esto? ¡No deberías decir mentiras! Eres un mentiroso”.

Cómo lidiar con una persona tóxica

Más bien me hace pensar que tal vez quiso referirse a aspectos, de una relación con una persona, que no sólo no le aportan bienestar, sino que la hacen sentir como cargada de “toxinas”, elementos nocivos. Así que la invitaría a reflexionar sobre esto.

Hay que ver primero qué, tóxico. Uno puede ser adicto a muchas cosas, a las drogas, al alcohol, al juego o a una relación. Y cada adicción tiene su propia peculiaridad, pero todas comparten la disfunción del sistema dopaminérgico, que se refiere a la hormona del juego, del placer. Otra cosa en común es que estas personas siempre tendrán un primer amor (el objeto de la adicción, por ejemplo, el efecto de los estupefacientes) y que en las relaciones con ellos no se puede pretender ser su “primer amor” a menos que se procese de alguna manera esta adicción.

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¿Es posible resolver este problema? Si bien es difícil, pero no imposible, de resolver por completo, lo cierto es que siempre se puede mejorar con la ayuda de la figura profesional adecuada, ya sea un psicoterapeuta o un psiquiatra, o mejor aún, en este caso, ambos, especializados (y no sólo tratantes) del trastorno. También es indispensable un equipo médico formado por varias figuras profesionales. Aunque esto ya está presente en los servicios públicos, en el sector privado no se da por sentado. Por lo tanto, es esencial encontrar un profesional que esté dispuesto a colaborar con el servicio público, o con otras figuras especializadas en la materia. Esto es, lógicamente, en el caso de las adicciones patológicas.

Soy una persona tóxica

En una relación positiva debe prevalecer la cooperación, tratando de encontrar en el otro un compañero de vida con el que se pueda trabajar en equipo. Sin embargo, si vives en constante competencia, te sientes a menudo saboteado por tu pareja, que parece disfrutar de tus fracasos, o si estos sentimientos te pertenecen, probablemente estés viviendo una relación tóxica.

¿Por qué, entonces, seguir viviéndolo de la misma manera? No puedo cambiar a la otra persona, pero sí puedo cambiar la forma en que vivo la relación, la forma en que se relaciona conmigo, porque soy parte activa de la relación. Y, si lo considero necesario, también puedo decidir ponerle fin.

Comportamiento tóxico

Aunque está muy bien sentir un poco de envidia de vez en cuando por los éxitos de la pareja, en las relaciones tóxicas la envidia impide disfrutar de los éxitos de la pareja. Lo mismo ocurre con los celos, sobre todo cuando conducen a una experiencia crónica de sospecha y desconfianza, a menudo inmotivada.

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Los desafíos normales de la vida, como la enfermedad de un miembro de la familia, la pérdida de un trabajo, etc., pueden crear tensión en su relación, por supuesto. Pero estar constantemente al límite, sentirse a menudo infeliz y agotado mental y físicamente, incluso cuando no se enfrentan a situaciones extremas, son indicadores clave de que algo va mal en la relación.

Cuando te encuentres con ganas de culpar a tu pareja de todos los problemas de la relación, intenta dar un paso atrás y considerar las causas de su comportamiento. ¿Quizás su pareja esté pasando por un momento difícil en el trabajo? ¿O tiene algún problema familiar que le molesta? Estas situaciones, por supuesto, no justifican el mal comportamiento, pero pueden ayudarte a entender mejor de dónde vienen algunas de las formas disfuncionales de la relación.

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