¿Qué es el fluir de la vida?

Feng Shui el flujo de la vida

Durante el ciclo menstrual, cada mes se producen una serie de procesos y cambios en los ovarios y el útero que sirven para preparar al organismo para una eventual fecundación y embarazo, y por tanto son fundamentales para conseguir la función última del sistema reproductor: la creación de una nueva vida.

De hecho, el propósito fundamental del ciclo menstrual es hacer madurar el óvulo (gameto femenino) y preparar un “entorno” adecuado para su eventual implantación. Los procesos fisiológicos que tienen lugar durante este periodo preparan, por tanto, el inicio de un posible embarazo, en caso de que se produzca la fecundación del óvulo por un espermatozoide de origen masculino.

Para calcular la duración del ciclo, hay que considerar el periodo que va desde el primer día en que aparece el flujo menstrual (día 1 del ciclo) hasta el día anterior al inicio de la siguiente menstruación.

Si una mujer tiene ciclos regulares, un ovocito (uno por cada ciclo menstrual) tarda una media de 14 días en madurar y, bajo estímulo hormonal, escapar del folículo que lo contiene y entrar en la trompa. A partir de ahí, el óvulo inicia su viaje hacia el útero, donde anidará si, en su camino, es fecundado por un espermatozoide.

La vida es un flujo

Tras liberarse, el óvulo viaja por las trompas de Falopio y luego entra en el útero; si un espermatozoide lo penetra durante este trayecto, tras haber pasado por la vagina y el útero después del coito, el óvulo es fecundado y se inicia el embarazo.

Inmediatamente después de la menstruación, las hormonas hipotalámicas e hipofisarias estimulan la maduración de un nuevo folículo; la proliferación del endometrio se reactiva y el organismo se prepara para el eventual embarazo.

Muy a menudo, los flujos menstruales que siguen a la primera son bastante irregulares, pero tienden a estabilizarse en dos años. No hay que preocuparse, por ejemplo, si después de la menarquia el flujo no se repite en los 30 o 60 días siguientes.

CÓMO MEJORAR LA FLUIDEZ DE LA VIDA URBANA

El movimiento aparente del Sol sobre el fondo de las estrellas fijas y el horizonte sirvió para elaborar los primeros calendarios, empleados para regular las prácticas agrícolas. [En efecto, en comparación con las estrellas fijas, el Sol parece dar una vuelta alrededor de la Tierra a lo largo de un año (en el plano de la eclíptica, a lo largo del cinturón zodiacal); Por ello, nuestra estrella, al contrario de lo que se sabe hoy, era considerada por los antiguos astrónomos griegos como uno de los planetas que giraban alrededor de la Tierra, que se creía que estaba en el centro del Universo; esta concepción se conoce como “sistema geocéntrico” o “sistema aristotélico-olemaico” (por los nombres del filósofo griego Aristóteles, siglo IV a.C. C., y el astrónomo alejandrino Claudio Ptolomeo, siglo II d.C.)[29].

En la década de los noventa se lanzaron varias sondas, como la japonesa Yohkoh (1991), diseñada para observar las erupciones solares en longitudes de onda de rayos X,[47] y el Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO, 1995), una colaboración entre la ESA y la NASA; este último, en particular, ha garantizado desde su lanzamiento la observación constante de nuestra estrella en la mayoría de las longitudes de onda del espectro electromagnético, permitiendo también el descubrimiento de un gran número de cometas en pastoreo[48].

Mauro Scardovelli – El flujo de la vida, la neurosis y el miedo

La corriente de conciencia se realiza a través del monólogo interior en las novelas psicológicas, es decir, en aquellas obras en las que el individuo, con sus conflictos interiores y, en general, sus emociones y sentimientos, pasiones y sensaciones, emerge en primer plano.

Otros escritores que han utilizado esta técnica son Virginia Woolf, Thomas Stearns Eliot, Jack Kerouac, William Faulkner y Thomas Bernhard; en Italia, los novelistas Luigi Pirandello, Dante Virgili, Guido Piovene, Giuseppe Berto e Italo Svevo también la han utilizado.

“Las profundas zambullidas de las visiones interiores modernas, las diversas corrientes de conciencia que intentan dar al lector un efecto de pensamiento y sensación vivos, son capaces de cegarnos ante la posibilidad de que emitamos juicios no compartidos por el propio narrador o reflector”.