¿Qué es la conciencia según la filosofía?
Etimología de la conciencia
3. Retomemos, pues, quizá por un tiempo más, nuestro espacio filosófico, declarando que el de la conciencia sigue siendo un caso o un enigma exquisitamente filosófico, que tal vez pertenezca a su mismo “estatuto ontológico”, dado que no puede (todavía) calificarse de cuerpo o de materia o de objeto físico.
Contenidos
Por ello, Descartes pudo fundar una poderosa visión del cogito, llegando a convertirlo en una segunda sustancia junto a la materia. Y es por ello que el dualismo -entre alma y cuerpo, sujeto y objeto- aún no parece haber desaparecido del todo, a pesar del avance de la neurociencia.
La conciencia -precisamente por su carácter irreductiblemente subjetivo- no parece poder fijarse en algo cierto y experimentable. Parece que se nos escapa de las manos. Se vuelve evanescente y fantasmal cuando intentamos captarla.
La conciencia es sinónimo de
Así, los derechos humanos han sido reconocidos en pactos internacionales (por ejemplo, el Pacto de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto de Derechos Sociales, Económicos y Culturales) y en convenios internacionales (por ejemplo, el Convenio Europeo de Derechos Humanos), y se han incorporado a todas las Constituciones de los Estados contemporáneos.
1) Según el llamado sentido estático, la naturaleza ontológica de una cosa se deriva de su forma (y en este sentido la dimensión biológica asume un peso importante en la definición de la esencia humana);
Mientras que la investigación de los filósofos presocráticos se centraba en la naturaleza y se refería a las formas impersonales del pensamiento (el intelecto de Anaxágoras, el número de Pitágoras, el ser de Parménides), con Sócrates el pensamiento se detiene por primera vez en la autoconciencia, es decir, en el reflejo del alma humana sobre sí misma,[5] entendida como el yo individual.
El análisis de los propios procesos mentales conduce primero a la observación de los objetos fuera de uno mismo; luego se pasa a la conciencia de los pensamientos y, finalmente, a la conciencia del yo pensante.
La conciencia para Schopenhauer
34Para muchos de los estudiosos que han comentado este experimento mental, parece correcto decir que María aprende algo y la única cuestión abierta se refiere al tipo de conocimiento que adquiere. Algunos de estos estudiosos afirman que adquiere un conocimiento factual, es decir, un conocimiento sobre algún hecho. Según algunos, esta afirmación implica la existencia de hechos que no son físicos. En un intento de explorar el territorio de los estudios sobre la conciencia, trataremos de evaluar esta afirmación.
42Ahora veremos dos críticas al argumento propuesto por Jackson a través del experimento mental de Mary. Primero consideraremos las reflexiones desarrolladas por Daniel Dennett y luego examinaremos las desarrolladas por Paul Churchland.
16 C.I. Lewis, Mind and the World Order: Outline of a Theory of Knowledge, Nueva York, Scribner’s, 1929; reimpreso en Nueva York, Dover Publications, 1956; traducido al italiano por S. Cremaschi, Il pensiero e l’ordine del mondo, Turín, Rosenberg & Sellier, 1977.
Conciencia moral
La conciencia ocupa ahora un lugar central en las ciencias cognitivas, después de haber sido marginada por la influencia del conductismo, nacido en contra de todas las formas de introspección predominantes en la psicología de finales del siglo XIX.
El modelo conductista favoreció un método de investigación dirigido al comportamiento manifiesto de los sujetos observados en sus acciones, sin considerar los procesos mentales que subyacen a la conducta del individuo, porque no se consideraban objeto de observación. La mente era como una caja negra, conocible sólo a través de sus expresiones externas. El supuesto del conductismo era considerar al individuo por lo que parecía ser.
¿Qué ocurre cuando experimentamos sensaciones de placer o dolor, o cuando percibimos formas o colores, o cuando respondemos en la comunicación intersubjetiva, o cuando hacemos una elección, o cuando hacemos cualquier cosa?