¿Qué es el miedo que lo origina?

¿Cómo se llama a una persona que tiene miedo de todo

La mayoría de las fobias están causadas por experiencias traumáticas vividas o reconocen raíces culturales. Sin embargo, este no parece ser el caso de la tripofobia. Esta forma de miedo mórbido representa, de hecho, una generalización de una respuesta a estímulos inofensivos, pero con características similares a las amenazas realmente dañinas (por ejemplo, animales venenosos, infecciones, parásitos, etc.), aprendida en el curso de la evolución.

Por tanto, según los estudiosos, existe una base biológica hereditaria para la tripofobia, lo que apoya una explicación evolutiva: los patrones visuales que desencadenan los síntomas de la fobia son similares a los evocados por plantas o animales peligrosos y potencialmente letales, que pueden esconderse en agujeros o pequeñas grietas.

Los fármacos que suelen indicarse son las benzodiacepinas, los betabloqueantes, los antidepresivos tricíclicos, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO).

Tipos de temores

Algunos individuos pueden expresar su preocupación por estar solos durante un ataque (por ejemplo, pueden evitar usar el coche) y por lo tanto no tienen a nadie a quien pedir ayuda. Por ello, tienden a reducir y evitar las situaciones en las que se ven obligados a estar solos. O, por el contrario, puede preocuparles tener ataques de pánico en situaciones y contextos en los que hay mucha gente, por miedo a ser juzgados negativamente por los demás, por lo que tienden a aislarse y a no salir de casa.

Otra clase de fármacos utilizados para los ataques de pánico son los antidepresivos. En la actualidad, se prefieren los ISRS, llamados “antidepresivos de nueva generación”, que se toleran mejor y tienen menos efectos secundarios que los antidepresivos más antiguos.

Pompoli, A., Furukawa, T. A., Imai, H., Tajika, A., Efthimiou, O., & Salanti, G. (2016, 13 de abril). Terapias psicológicas para el trastorno de pánico con o sin agorafobia en adultos: Un meta-análisis en red. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas, Vol. 2016. https://doi.org/10.1002/14651858.CD011004.pub2

Porque tengo miedo de todo

Por diversas razones, pero también por mecanismos totalmente inconscientes, la ansiedad, el miedo y la frustración se han apoderado del estado de ánimo de estas personas:

Para sentirnos protegidos, debemos seguir haciendo cosas realistas, las que hemos aprendido en los últimos meses, como mantener una distancia de seguridad con los demás, lavarnos las manos a menudo sin miedo a excedernos, limitar el contacto físico incluso entre los miembros de la familia, utilizar mascarillas cuando esté indicado y sea necesario.

A continuación, replanteamos las preocupaciones (también hay árboles de decisión para las preocupaciones que pueden servir de guía), practicando por ejemplo el aplazamiento de la preocupación (valor de la suspensión) prestando mucha atención a la autosugestión.

Miedo a enfrentar situaciones

Las directrices masivas para la reclusión domiciliaria son nuevas para todos nosotros y suscitan la preocupación de cómo reaccionarán las personas individual y colectivamente. Algunos datos dicen que el aislamiento forzado tiene un gran impacto en nuestro bienestar emocional.

El estallido de una pandemia mundial provoca miedo y preocupación en muchos y, al parecer, afecta al bienestar cognitivo de cada individuo. Estudios anteriores revelan que la depresión, los trastornos de ansiedad, el abuso de sustancias y el TEPT (trastorno de estrés postraumático) suelen seguir a períodos de grandes crisis económicas o catástrofes naturales. En particular, los estudios han descubierto que las crisis económicas están asociadas a un aumento significativo de los síntomas de depresión en las personas.

La interrupción de la vida normal como consecuencia de los cierres impuestos por el gobierno o de verse obligado a permanecer en casa tuvo un impacto significativo en la salud mental de las personas. El encierro y el aislamiento social han aumentado el miedo a la violencia doméstica, que incluye el abuso físico, emocional y sexual. Una reciente revisión de estudios sobre los efectos negativos de la cuarentena y medidas similares en la salud mental descubrió que los síntomas de depresión, ansiedad y trastornos del estado de ánimo, estrés postraumático, trastornos del sueño, pánico, estigmatización, baja autoestima y falta de autocontrol estaban muy presentes en los individuos en aislamiento físico.