¿Cómo hacer para aceptar?

No puedo aceptar mi cuerpo

Las nubes producen lluvia sin nuestro permiso, el sol sale y se pone sin pedir permiso, y el invierno llega inexorablemente con vientos fríos, nieve y escarcha, y no podemos hacer nada al respecto, sólo podemos protegernos.

Al centrarnos en nuestros problemas, nuestras desgracias, nuestros males, atraemos otros problemas, otras desgracias y otros males. Al herirnos a nosotros mismos, dañamos mortalmente nuestra mente inconsciente, nuestro cuerpo, y atraemos más problemas.

Siempre que pensamos en los asuntos de los demás en lugar de en los nuestros, cuando arremetemos contra Dios, contra los padres, contra la pareja, contra el director de la oficina, contra los compañeros, contra los políticos que, en el mejor de los casos, son corruptos y oportunistas, y contra las inclemencias del tiempo… nos comportamos de forma irresponsable y provocamos ansiedad, frustración, contracciones dolorosas y enfermedad.

En cuanto imaginamos algo malo que nos puede pasar a nosotros o a nuestros seres queridos, se desencadena la ansiedad y el miedo y, a veces, incluso el pánico porque experimentamos el hecho imaginado como si fuera cierto e inminente.

Aprender a aceptar al dalai lama

Amar el propio cuerpo significa honrarlo y, en primer lugar, observar lo que nos pasa por dentro y por fuera. Amarse a sí mismo de manera efectiva requiere activar una conciencia productiva y hermosa que pueda monitorear sin ansiedad cómo estamos viviendo el día, el mes, o incluso sólo la media hora. No se trata de hacerse preguntas constantemente, sino de entender cuáles pueden ser útiles en el momento oportuno. Proponemos cinco que son muy útiles de vez en cuando, para entender cómo estamos llevando nuestra vida, cuánto estamos amando y aceptando nuestro magnífico cuerpo.

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Comenzar con la respiración significa aprender a amarnos profundamente. Cada vez que una emoción nuestra que surge de un pensamiento sobre nuestro cuerpo nos hace sentir mal, entonces tenemos que ir a revisar las emociones que elegimos alimentar y podemos hacerlo yendo a inhalar y exhalar lentamente como nuestra primera acción, sólo para volver a equilibrar las cosas.

Aprender a aceptar

Cuando nos convertimos en adultos podemos decidir dejar de esperar el amor que necesitamos, de las palabras, los gestos y el comportamiento de las personas que nos rodean, y entonces dejar de lado nuestras expectativas.

El hecho de que no se comporten “correctamente” contigo no significa que sean malas personas, es su comportamiento el que no compartes y eso marca la diferencia. En el primer caso les pones una etiqueta mientras que en el segundo sabes que las acciones son siempre mejorables.

No aceptar la propia psicología corporal

A veces, para disminuir el estado de sufrimiento sólo podemos rebajar el valor de la meta comprometida, o renunciar a ella por completo, y sustituirla por otra que siga siendo perseguible, aceptar la condición que nos hace sufrir, pero sobre todo aceptar el propio sufrimiento.

Como sugieren Perdighe y Mancini (2012), “facilitar la aceptación significa pasar del estado mental de insistencia a la renuncia modificando los factores que regulan la inversión: esto implica, en primer lugar, debilitar los procesos que mantienen la inversión (en particular mediante la reconstrucción, la normalización y la reducción de la actitud secundaria) y, a continuación, modificar las creencias que apoyan la inversión y obstaculizan la aceptación”.

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