¿Cómo explicar casualidad?

Señales del destino en el amor

Normalmente, este tipo de experiencias aparecen en nuestra vida de improviso, pero muy a menudo pueden cambiar el curso de nuestra vida. Por eso tenemos que estar abiertos y receptivos al mundo, para poder captar el momento exacto en que surgen.

En otras palabras, todo sucede por una razón: en primer lugar, porque estamos conectados unos con otros, y en segundo lugar, porque hay mensajes detrás de lo que normalmente llamamos coincidencias.

Puede ser otra pareja que nos haga sentir mal y nos haga abandonar definitivamente ciertos comportamientos o patrones amorosos en los que volvemos a caer continuamente, o por el contrario puede ser la persona con la que pasamos tanto tiempo porque nos sentimos nosotros mismos. Quizá acabemos sintiéndonos serenos y felices, y seamos capaces de entender cuáles son las bases de una relación sana.

Demasiadas coincidencias conforman un destino

Entonces estos núcleos comenzaron a capturar electrones, formando los primeros átomos. Fue un momento crucial. Los fotones, antes obstruidos por la densa sopa de partículas, empezaron a viajar libremente por el espacio y el universo, antes opaco, se volvió transparente: “¡Y la luz era!”.

Todavía faltaba la distribución en el espacio cósmico de los elementos producidos en las estrellas. De este imprescindible acto final se encargaban (y se siguen encargando) esas estrellas masivas, llamadas supernovas, que mueren en una gigantesca explosión.

¿Y qué pasa con la vida en nuestro planeta Tierra? Parece que hay “rastros” definitivos de vida (bacterias) que se remontan a unos 3.500 millones de años; pero la vida puede haber surgido incluso antes.

  ¿Cómo aceptar que se acabó?

Las leyes de la física que conocemos, y que utilizamos para resolver los distintos problemas que se plantean, se componen de dos elementos: la forma matemática y las constantes de las ecuaciones.

Debemos la aceleración de la expansión del universo a la constante cosmológica Λ. Si el universo no se expandiera al ritmo impuesto por esta constante, las mortíferas explosiones de rayos gamma que barren el universo con la potencia de fuego de miles de supernovas habrían hecho casi imposible el desarrollo de formas de vida complejas.

Demasiadas coincidencias hacen una prueba

Normalmente, este tipo de experiencias aparecen en nuestra vida de improviso, pero muy a menudo pueden cambiar el curso de nuestra vida. Por eso tenemos que estar abiertos y receptivos al mundo, para poder captar el momento exacto en que se producen.

En otras palabras, todo sucede por una razón: en primer lugar, porque estamos conectados unos con otros, y en segundo lugar, porque hay mensajes detrás de lo que normalmente llamamos coincidencias.

Puede ser otra pareja que nos haga sentir mal y que nos haga abandonar definitivamente ciertos comportamientos o patrones amorosos en los que caemos continuamente, o por el contrario puede ser la persona con la que pasamos tanto tiempo porque nos sentimos nosotros mismos. Quizá acabemos sintiéndonos serenos y felices, y seamos capaces de entender cuáles son las bases de una relación sana.

Las coincidencias no existen

Independientemente de esta investigación y de sus resultados, no se puede ocultar lo extraño que resulta ser protagonista de una casualidad y, sobre todo, las veces que desearías haberla evitado o haberla hecho suceder a propósito.

  ¿Cómo crear la abundancia?

Podrías atraer al amor de tu vida conociéndolo en la caja del supermercado. Crea la situación ideal para ganar el premio de la lotería. Reventar “accidentalmente” las citas no deseadas con un percance repentino.

Porque, a diferencia del pensamiento fortuito de esa persona que luego conociste, cuando pensaste intencionadamente en que algo ocurriera en tu vida lo aderezaste con emociones encontradas y una fuerte dosis de duda que destrozó tu propósito.

Estaba conduciendo por la recta que precede a la penúltima calle antes de mi casa y, en medio de la nada, un gran camión sale de una señal de stop. Debería haber respetado el derecho de paso. Tuve que reducir la velocidad para esperar a que pasara y mis insultos se desvanecieron en el asombro cuando los rayos del sol formaron un arco iris iridiscente sobre la carrocería blanca como la perla del camión.

Puede que también te guste...

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad