¿Quién decide el sexo el hombre o la mujer?

Hipersexualidad, obsesión sexual y pornografía

FALSO. La vagina, al ser elástica, se adapta a todos los tamaños. Por lo tanto, salvo excepciones, el pene nunca es demasiado grande ni demasiado pequeño para permitir una relación sexual satisfactoria.

El ciclo menstrual se define como el intervalo entre un periodo menstrual y el siguiente, por lo que se calcula desde el primer día del flujo menstrual hasta el primer día del siguiente (y no desde el día en que cesa la menstruación).

En los hombres, se produce el evidente fenómeno de la erección: el flujo de sangre hacia los cuerpos cavernosos hace que el pene se alargue y dilate gradualmente. En la mujer hay dilatación y lubricación vaginal y el clítoris se erige y se retrae. En ambos casos, la respiración y los latidos del corazón aumentan.

– Si una mujer quiere empezar a tomar una píldora anticonceptiva por primera vez, debe tener en cuenta que las fórmulas de segunda generación se asocian a un menor riesgo de trombosis venosa profunda que las de tercera generación;

Antecedentes II – 6. Los cerebros de los hombres y las mujeres no son iguales

Ser hombre o mujer tiene muchos matices desde el punto de vista biológico (esto tiene que ver con los cromosomas sexuales, que no son siempre y sólo XX o XY, las hormonas, la presencia y la forma de los genitales externos e internos). También hay matices en cuanto a la orientación sexual: por ejemplo, hay personas bisexuales y asexuales, que no sienten atracción sexual por otras personas aunque son capaces de enamorarse y tener relaciones. También hay mujeres que mantienen una relación con mujeres transexuales no operadas y que tienen relaciones sexuales con sus parejas que incluyen la penetración: los términos “lesbiana” y “heterosexual” parecen imperfectos para describir la orientación sexual de estas personas.

Recalcati explica a Lacan: “Heterosexualidad

1La increíble historia de Thomas Beatie, un hombre transexual pero con un aparato reproductor femenino, parece desafiar con fuerza una de las formas en que convencionalmente distinguimos a las mujeres y los hombres.

– 2003, The Problem with Sex/Gender and Nature/Nurture, en S.J. Williams, L.Birke, G.A. Bendelow (eds.), Debating Biology: Sociological Reflections on Health, Medicine and Society, Londres-Nueva York, Routledge

– 2008, Feminist Perspectives on Sex and Gender, en E.N. Zalta (ed.), The Stanford Encyclopedia of Philosophy, Fall 2008 Edition, http://plato.stanford.edu/archives/fall2008/entries/feminism-gender/

– 1953, Sobre los elementos del ser, “Revista de Metafísica”, 7: 3-18, 71-92; L’alfabeto dell’essere, tr. it. de A. Borghini, en A.C. Varzi (ed.), Metafisica. Classici contemporanei, Roma-Bari, Laterza, 2008: 340-356

18 Este enfoque ofrece varias ventajas, especialmente en términos políticos. Si, de hecho, las diferencias biológicas se distinguen de las sociales, entonces podemos considerar que muchas de las diferencias entre mujeres y hombres son producidas socialmente y, por tanto, de alguna manera, modificables.

Costamagna contra Cruciani: “Los que van con una mujer trans quieren sexo

– El ciclo menstrual: diversos estudios plantean la hipótesis de que el papel de los espermatozoides X o Y en la determinación del sexo del feto está precedido por factores maternos que “seleccionan” su entrada. Un papel clave en este proceso lo desempeñarían las hormonas producidas por los folículos ováricos.

– Embarazo: algunos hallazgos sugieren que existe una relación entre el sexo del feto y el sexo de un embarazo anterior, atribuyéndolo a la predisposición de un individuo o una pareja a concebir fetos de un sexo, o a una interacción in utero entre un embarazo y el anterior (si se produjo a corta distancia).

Se ha demostrado que, en las parejas interraciales, la madre negra influye más en el sexo del bebé que la madre blanca. Otros estudios, sin embargo, afirman que en las parejas interraciales es el padre quien determina el sexo del feto.