¿Como tiene que ser el amor verdadero?

Cómo reconocer el amor a la vida

Sobre el autorSigue a los autores para recibir actualizaciones de nuevos lanzamientos, además de recomendaciones mejoradas.Monica GiovineContenido breve visible, doble toque para leer el contenido completo.Contenido completo visible, doble toque para leer el contenido breve.Descubre más libros del autor, ve autores similares, lee blogs de autores y másLeer másLeer menos

Un resumen de todo lo que hemos estado leyendo en todas partes durante años. La lista de errores que todo ser humano comete en las relaciones con las clásicas sugerencias que normalmente te da el mejor amigo. Todo ello enriquecido con ejercicios para comprender las raíces de estos errores. Nada nuevo pero desconcertante.

El verdadero amor sólo se encuentra una vez en la vida

Las relaciones deberían mejorar la vida de uno, y aunque es natural que también incluyan algunas experiencias desagradables, cuando una relación amorosa se acaba hay algunas señales importantes y sería apropiado empezar a cuestionarse si debería terminar.

Cuando una relación pasa por un momento especialmente difícil o uno es infeliz hasta el punto de preguntarse si se acaba o debe acabar, en el fondo de nuestro corazón siempre sabemos cuando una relación está llegando a su fin, sólo que a menudo preferimos ignorarlo.

Como resultado, permitimos que se produzcan episodios desagradables, dolorosos e incluso intolerables en las relaciones, sin saber si son pruebas que tenemos que soportar y superar o síntomas de una relación que sería mejor terminar.

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Por supuesto, puede haber breves intervalos felices cuando vivimos juntos un acontecimiento social, unas vacaciones o una relación sexual, pero la mayor parte del contacto tiene lugar en el campo de batalla.

Pero en general, cuando uno se siente aburrido y frustrado (pero no insatisfecho con su relación) la pareja actúa como un refugio para todos estos sentimientos desagradables y la relación se convierte en un lugar de confort y curación.

Si el verdadero amor vuelve

‘Quiero estar soltero contigo’. Esta es la frase que mejor resume el profundo y realmente interesante post que nos ofrece estos días HuffPost Italia, una reflexión sobre cómo debería ser el amor, cuáles deberían ser los pilares de una relación verdaderamente estable y significativa.

Quiero que me cuentes sobre tus tardes con amigos. Quiero que me hables de esa chica del bar que no dejaba de mirarte. Quiero que me escribas cuando estés borracho para decirme tonterías, para asegurarme de que yo también pienso en ti.

“Quiero comer contigo, quiero sentirme libre para hablarte de mí y que tú hagas lo mismo. Quiero imaginar el piso de nuestros sueños, aunque sé que quizá nunca nos mudemos juntos. Quiero que me cuentes tus planes sin cabeza. Quiero que me sorprenda, que me diga “¡Consigue tu pasaporte, nos vamos!”

Quiero tener miedo junto a ti. Quiero hacer cosas que no haría con nadie más, sólo porque contigo me siento segura. Quiero llegar a casa borracha después de una noche con amigos y quiero que tomes mi cara entre tus manos, me beses y me abraces fuerte.

El amor verdadero existe

Una relación que funciona no se deja seducir por los cantos de sirena de los amantes. No se empolva con el paso del tiempo. No se oxida por falta de diálogo y empatía. No sustituye el intercambio por la prevaricación. No sustituye la convivencia por el exceso de confianza. Y la cercanía con el pastoreo en la vida de los demás.

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El diálogo de una pareja se desarrolla en dos vías: la comunicación de servicio y la comunicación emocional. La primera sirve para la organización y gestión de la vida cotidiana. Los socios hablan de cosas concretas, de cosas que hay que hacer, y se organizan día a día para hacer que sus días funcionen. Este tipo de comunicación suele aumentar cuando la pareja se convierte en familia.

Los compromisos a los que tienen que hacer frente aumentan a pasos agigantados, los hijos ocupan mucho espacio y tiempo, y los cónyuges se convierten en una especie de equipo de trabajo, a veces sin saltos emocionales y sin espacio pro pareja.

La simpatía en la pareja tiende a extraviarse, como si el hecho de estar en pareja autorizara automáticamente a ser maleducado, descortés, irreverente y antipático y empático. La simpatía sigue siendo un arma real que amortigua las tensiones y facilita el mantenimiento del vínculo amoroso.

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