¿Qué enfermedad provoca el odio?

Inteligencia de la misofonía

El odio, que tiene su origen en la frustración, la envidia, los celos, la competencia, la ira exacerbada, las diferencias sociales y el deseo de posesión y venganza, alimenta a su vez estos estados emocionales, que se impregnan así de violencia.

Los neurólogos pudieron detectar que, mientras los ojos de los participantes en el estudio se fijaban en fotos de personas enemigas, se encendían en sus cerebros partes del subcórtex, la zona en la que se concentran los sentimientos primitivos, pero también el córtex, la sede del componente racional del hombre, de la razón y el pensamiento.

Según los investigadores, por tanto, las estructuras del córtex y el subcórtex poseen elementos que favorecen el comportamiento agresivo, traduciéndolo posteriormente en acción a través de la planificación motora. Se podría describir este fenómeno como la “movilización” del cerebro para actuar. El córtex frontal también participa en la predicción de las acciones de los demás. Esto podría ser útil cuando la gente se encuentra cara a cara con alguien que detesta.

Hipersensibilidad auditiva e intolerancia al ruido

El término odio a sí mismo (también conocido como odio a sí mismo u odio a sí mismo) se refiere a un sentimiento de profunda aversión u odio hacia uno mismo, así como a un estado de ira o incluso prejuicio hacia uno mismo y su carácter[1].

Las representaciones que los medios de comunicación estadounidenses hacen de los hombres y mujeres negros también se han extendido fuera de Estados Unidos, influyendo incluso en personas relativamente ajenas a la cultura estadounidense y aumentando el autoodio étnico entre los afroamericanos[7][8][9].

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Prueba de misofonía

Los médicos y expertos en la materia se inclinan por creer que el trastorno está relacionado de algún modo con un mal funcionamiento del sistema (o aparato) auditivo central del cerebro, mientras que excluyen los problemas específicos del oído (por ejemplo, a nivel del aparato vestibular) o las alteraciones anatomoestructurales del cerebro.

Los síntomas de la misofonía son respuestas conductuales a sonidos y/o ruidos específicos. Así, estos sonidos o ruidos pueden considerarse el llamado “desencadenante” de las reacciones y gestos de intolerancia.

Para un diagnóstico correcto de la misofonía, son esenciales: un examen objetivo, un cuestionario relativo a los llamados “desencadenantes” de las reacciones de intolerancia y, por último, pruebas para excluir todas las afecciones médicas reconocidas responsables de síntomas similares (diagnóstico diferencial).

Varios especialistas tienen las competencias necesarias para detectar la misofonía, entre ellos: médicos expertos en audiología, psiquiatras, logopedas y psicólogos.

Causas de la misofonía

Los expertos describen el síndrome de Estocolmo como un ejemplo de vínculo traumático; por definición, los vínculos traumáticos son los que se establecen entre dos personas en las que una de ellas goza de una posición de poder sobre la otra, que se convierte en víctima de actitudes agresivas y otros tipos de violencia.

Sabías que… Algunos ex-secuestrados que han desarrollado el síndrome de Estocolmo han declarado que siguen simpatizando con sus secuestradores, a pesar de que el acto de su secuestrador les causó tal conmoción que siguen teniendo pesadillas al respecto.

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