¿Cómo se hace el poliamor?

Comunidad poliamorosa

La propia palabra define una actitud de desear y tener sentimientos por una multiplicidad de individuos. El poliamor tiene sus raíces en muchas tradiciones, incluso en aquellas que son geográficamente distantes entre sí. En muchos contextos tribales, el amor compartido se consideraba una práctica común e incluso servía para fortalecer la estructura de la comunidad. En la configuración de la sociedad moderna, una red organizada como por nodos, en la que los individuos están conectados a otros y tejen relaciones de diversa naturaleza simultáneamente, se denomina poliamor; este término se encuentra en diccionarios de todo el mundo, incluido el Oxford English Dictionary y el Treccani, a partir de 2006.

Por lo general, la persona que tiende al poliamor informa a las personas con las que entabla una relación; a menudo las otras personas implicadas comparten la tendencia a la poligamia. La relación compartida pasa a ser consensuada en este tipo de relación y no se hacen distinciones por razón de género y orientación sexual. Por tanto, no se trata de “cornear” a la pareja habitual, sino de no adherirse abiertamente al modelo monógamo, a menudo concebido como impuesto por la ética dominante.

Causas psicológicas del poliamor

Luca Boschetto, presidente de R.ETI. – Asociación para la Promoción de las Relaciones Éticas No Monógamas y cofundadora de la primera web italiana sobre el tema, Poliamore.org, a propósito de las cifras afirmó que, aunque sólo en Estados Unidos quienes practican alguna forma de no monogamia consentida son unos 500.000, es imposible dar cifras precisas.

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En este sentido, Elisabeth Sheff, autora de The Polyamorists Next Door, (2014), afirma cómo esto es “siempre infructuoso, porque de hecho refleja el deseo del hombre de tener dos esposas y al mismo tiempo una cierta indiferencia egoísta hacia las necesidades de la persona que se quiere acoger.

Desde este punto de vista, el acuerdo poliamoroso parecería ser una ventaja para las parejas de larga data, ya que logra obviar la monotonía y los obstáculos que surgen, lo que lleva a una mayor satisfacción de los socios. Además, consigue evitar todas las consecuencias negativas, como las mentiras, las decepciones y el sufrimiento inevitable.

Poliamor y narcisismo

La no monogamia ética no tiene nada que ver con el engaño. Todas las partes implicadas son conscientes y dan su consentimiento. Todos pueden tener potencialmente otras parejas. La transparencia, la comunicación, el respeto y el consentimiento son las palabras clave (que no deberían ser diferentes en cualquier tipo de relación).

En cuanto a los beneficios, definitivamente el crecimiento personal. Las personas con las que me relaciono son todas diferentes y, en consecuencia, me aportan distintos estímulos y puntos de vista sobre los que pensar. Aprendo de mí, como yo aprendo de ellos”.

Car en uno de sus posts de Instagram también enumeró las nueve cosas que nunca debes decir a un poliamoroso. Los ha reescrito para nosotros en la galería, dando también respuestas irónicas y sin rodeos a cada punto.

Pruebas de poliamor

Dado que no existe un “modelo estándar” para las relaciones poliamorosas, los participantes pueden tener ideas muy diferentes sobre cómo deberían funcionar. Si no se comunican, estas expectativas contradictorias podrían tener efectos muy negativos. Por esta razón, los participantes en las relaciones poliédricas abogan firmemente por hacerlas explícitas con todos los implicados como un proceso continuo a lo largo del ciclo de vida de una relación.

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Las personas que mantienen relaciones convencionales suelen acordar no buscar otras relaciones bajo ninguna circunstancia, ya que éstas amenazan, diluyen o sustituyen la relación principal. Los poliamoristas, en cambio, creen que estas restricciones son contraproducentes, ya que tienden a sustituir la confianza por las prohibiciones, y sitúan la relación en un contexto de posesión y control. Esto refleja la suposición cultural de que las restricciones sirven para evitar que la pareja se desvíe, y que las relaciones íntimas adicionales son una grave amenaza para el vínculo.

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