¿Por qué la gente es tan egoísta?
Sinónimo de persona egoísta
Intenta no depender nunca de una persona egoísta ni en la familia ni en el trabajo. Lucha por tu independencia, de lo contrario el egoísta podría confundirte con una marioneta a la que maniobrar a su antojo.
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Tolerancia cero para los comportamientos negativos, pero estímulo para las buenas acciones que a veces incluso los egoístas consiguen hacer. Sentirse bien de vez en cuando puede llevarles a una “conversión”.
En ningún caso debes tolerar el mal comportamiento de los demás. Algunos egoístas, por ejemplo, son muy buenos para hacer que otras personas se sientan inútiles, incluso cuando se trata de su propia pareja. Es mejor terminar una relación o una amistad que seguir aguantando a una persona egoísta.
Cuando te enfrentes a una persona egoísta, intenta no ser demasiado emocional ni dejarte llevar por la ira. Sólo si estás tranquilo podrás mantener la situación bajo control durante una discusión y ponerla a tu favor.
Siempre que sea posible, trata de evitar a las personas egoístas. Si tienes que lidiar con ellos a diario, pon en práctica los consejos anteriores. Ahora que has aprendido a reconocer a las personas egoístas, si temes que se aprovechen de ti intenta alejarte de ellas.
Soy una prueba egoísta
Habrás notado cómo los médicos, psicólogos, psicoterapeutas o, en cualquier caso, aquellos que por profesión se ocupan del bienestar, suelen invitar a las personas a escuchar sus propias necesidades, sus propias emociones, a poner el foco en ellos mismos y no en los demás.
Nos encontramos, pues, ante una increíble paradoja. Llamamos egoístas a los que tienen atención para los demás y altruistas a los que la tienen para sí mismos. Un elemento de reflexión muy útil que podemos intentar llevar a nuestra vida cotidiana.
Cómo herir a un hombre egoísta
¿Te has sentido alguna vez egoísta por pensar en ti mismo antes que en los demás? Estás en buena compañía. De hecho, la mayoría de nosotros tenemos mucho miedo de que nos consideren egoístas y a menudo vamos más allá de nuestro límite de tolerancia al hacer sacrificios para hacer algo por los demás.
Parece superfluo decirlo, pero para dar a alguien hay que tener primero algo que dar. Y para tener algo que dar en términos emocionales, debemos a su vez permitirnos ser felices y estar realizados.
Cada uno de nosotros necesita espacio, energía vital, disfrute, realización, amor y una sensación de crecimiento y desarrollo en nuestras vidas. Estos son los verdaderos fundamentos del dar, y no el renunciar a la vida.
Si realmente quieres dar, cultiva tu vida, deja que tus sentimientos crezcan y crea un espacio para recuperarte y regenerarte, para encontrar inspiración y belleza. Y si alguien, voluntaria o involuntariamente, intenta quitárselos, deténgalo. Casi siempre basta con responder que no, quizá con una sonrisa.
Socio egoísta
Intenta no depender nunca de una persona egoísta ni en la familia ni en el trabajo. Lucha por tu independencia, de lo contrario el egoísta podría confundirte con una marioneta a la que maniobrar a su antojo.
Tolerancia cero para los comportamientos negativos, pero estímulo para las buenas acciones que a veces incluso los egoístas consiguen hacer. Sentirse bien de vez en cuando puede llevarles a una “conversión”.
En ningún caso debes tolerar el mal comportamiento de los demás. Algunos egoístas, por ejemplo, son muy buenos para hacer que otras personas se sientan inútiles, incluso cuando se trata de su propia pareja. Es mejor terminar una relación o una amistad que seguir aguantando a una persona egoísta.
Cuando te enfrentes a una persona egoísta, intenta no ser demasiado emocional ni dejarte llevar por la ira. Sólo si estás tranquilo podrás mantener la situación bajo control durante una discusión y ponerla a tu favor.
Siempre que sea posible, trata de evitar a las personas egoístas. Si tienes que lidiar con ellos a diario, pon en práctica los consejos anteriores. Ahora que has aprendido a reconocer a las personas egoístas, si temes que se aprovechen de ti intenta alejarte de ellas.