¿Cómo podemos practicar el valor del perdón?

Etimología del perdón

Si pensamos que la palabra “Perdón” deriva del latín y significa “dos veces don”, nos damos cuenta de que este sentimiento, para ser considerado como tal, debe ser gratuito y espontáneo, como un regalo que se hace no sólo a los demás, sino también a nosotros mismos: porque, gracias al perdón, podemos ser útiles sobre todo a nosotros mismos y dejar de lado sentimientos como el odio y el resentimiento: sentimientos que sólo pueden desgastarnos por dentro.

¿No te convence esto? ¿Crees que nunca podrás perdonar un mal sufrido? Probablemente tengas miedo: quizás tengas miedo de volver a sufrir, o de que te decepcionen una vez más. Pero intente por un momento contextualizar sus temores: fundados o no, nunca sabrá si tienen sentido.

Perdonar una traición

Los estudios neurocientíficos han demostrado que el proceso del perdón implica a regiones cerebrales relacionadas con la empatía, la atención, la memoria y la cognición social, y que experimentar las mencionadas emociones negativas durante mucho tiempo aumenta la incidencia de los trastornos cardiovasculares.  Teniendo en cuenta los beneficios que aporta el arte del perdón, quizá merezca la pena plantearse la pregunta: “¿Cómo se perdona?”, entendiendo que para hacerlo hay que estar todavía convencido de querer hacerlo.

Perdonar pero distanciarse

Observamos conscientemente las múltiples dinámicas que se tejen a diario en nuestras familias. Un torbellino de relaciones en el que estamos inmersos en nuestros papeles. Padre, madre, hijos, abuelos….

Las faltas que se nos atribuyen explícita o implícitamente casi siempre parecen injustas e injustificadas. Me parece escuchar las voces o los silencios que sentencian fuera y dentro de nosotros: me hiciste esto, dijiste aquello, creí aquello, esperaba que dijeras, haz aquello

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Un gran impulso que nos permite crecer. Crecer también significa aprender a perdonar. Los que me han herido, los que me han causado ira, los que me han ofendido. Los que lo han hecho, también me han traído un mensaje.

Nos basamos tanto en el conocimiento, así que qué mejor oportunidad para conocernos. Ser capaces de reflexionar para aprender poco a poco a hacer un análisis de quién, o qué, es el que persigue fuera de nosotros, nos pone en situación de poder desenmascarar a nuestro perseguidor interno.

Así que vayamos a buscarlos juntos. Una vez encontrados: los enterramos, ¡encontrados! ¡La guarida libre! como solíamos decir cuando éramos niños. Una vez expulsados nos liberaremos, aprendiendo a perdonar.

Sinónimo de perdón

El curso hace una clara distinción entre los acontecimientos y la interpretación que les damos. Las 3 primeras lecciones del cuaderno resumen esta diferencia fundamental y nos enseñan a distinguir las cosas que vemos en el exterior de la percepción que tenemos de ellas, es decir, el significado que les atribuimos. En estas 3 primeras lecciones se sientan las bases del proceso del perdón.

Retomamos nuestras reflexiones tras el parón navideño en el que, a partir de las reflexiones de los meses anteriores, intentamos aplicar el primer paso del perdón. Seguiremos profundizando en el mismo tema, siguiendo la hermosa síntesis realizada por Kenneth Wapnick (pincha aquí).Pero antes de seguir avanzando por el camino, leamos como deseo las alegres y tranquilizadoras palabras del curso, para que fortalezcan nuestra determinación, y nos impulsen a continuar nuestro camino de vuelta a casa.

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