¿Cómo ser feliz sin pareja y con hijos?

Estar soltero a los 30 años

La amistad significa un auténtico respeto mutuo y el placer de estar en compañía de un compañero. Las parejas felices se conocen íntimamente, saben lo que le gusta y lo que no le gusta a su pareja, sus respectivos rasgos de carácter, sus necesidades y sus sueños vitales. Los dos miembros de la pareja se estiman y expresan sus sentimientos de mil maneras diferentes, día tras día, sin hacer grandes declaraciones de amor ni grandes gestos.

La ternura y la estima mutua son cruciales para la amistad que caracteriza a las relaciones duraderas. Son antídotos contra el desprecio y protegen a la pareja del ataque de los 4 Jinetes del Apocalipsis.

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Vivir como soltero toda la vida

Muchas personas afirman estar solteras por elección, pero ¿qué significa eso exactamente? ¿Y cuáles son las motivaciones que impulsan este tipo de decisiones? Descubra por qué los hombres y las mujeres prefieren estar solteros en lugar de buscar el amor.

Una carrera, por ejemplo, o una fase de crecimiento personal o incluso la búsqueda de relaciones personales basadas en la amistad o los intereses comunes. A menudo, quienes toman la importante decisión de vivir solos lo hacen para ponerse a prueba, para centrarse sólo en sí mismos y demostrar que pueden llevar una existencia agradable y estimulante incluso sin tener que depender necesariamente de una pareja.

Tras licenciarse en Historia del Arte, estudió Marketing Digital y se apasionó por el Seo. En la vida, escribe contenidos para la web y dirige un blog dedicado al running visto desde la perspectiva de …

Aprender a vivir sin una persona

Bueno, trivialmente tienes una cama para ti, nadie ocupa tu baño ni lo deja hecho un caos, siempre encuentras tu taza favorita para desayunar, nadie se queda sin leche y no hay discusiones sobre cómo exprimir la pasta de dientes…

Empieza a aprovechar el tiempo que tienes para conocerte mejor: entiende qué te gusta y qué no, cuáles son tus gustos, cuáles son tus aspiraciones y expectativas para tu vida, ya sea laboral, sentimental o social; redescubre tus valores, evalúa si han cambiado con el tiempo o si se han mantenido inalterados; reflexiona sobre el pasado e investiga si hay aspectos de ti que podrías mejorar y averigua cómo hacerlo; ponte a prueba en los varicampos de tu vida y revélalos si es necesario. Aprende a observarte desde fuera.

Nunca dejes de soñar: cultiva tus deseos y encuentra la forma de realizarlos. No aceptes una vida que no te satisface, un trabajo que no te gusta, una casa que no sientes tuya, un lugar que no te acoge.

Una mujer sin hombre

Si eliges estudiar te dicen ‘qué bien no hacer una mierda de la mañana a la noche, eh’. Si luego estudias algo que las masas consideran inútil, como Filosofía, Literatura o Historia, entonces eres oficialmente un embaucador. Te preguntan obsesivamente cuándo vas a conseguir ese bendito título, haciéndote ver hasta qué punto lo consideran un mero capricho.

Al final, tanto si estudias como si trabajas, a los 20 años te confundes, te deprimes y acabas viviendo con el único objetivo de esperar al sábado por la noche, ese momento en el que te emborrachas y puedes por fin desconectar el cerebro.

Entonces llega el domingo por la noche, te pones ansioso y la tristeza desciende sobre tu plaza de la vida. En esos momentos te preguntas si hay una línea de meta al final de toda esta carrera o si es sólo una ilusión bastarda. Pero entonces te das cuenta de que hacerte estas preguntas incómodas te convertiría en alguien diferente, en un extraño. Tienes miedo de estar solo, y por eso encuentras un falso consuelo en la “miseria medio alegre”: al fin y al cabo, todo el mundo a tu alrededor está un poco deprimido.