¿Cómo se explica el funcionamiento de los hemisferios cerebrales en relación a la creatividad?

Funciones del hemisferio izquierdo del cerebro

Como parte de la columna dedicada a las activaciones de grupo, esta semana tratamos dos técnicas originales, útiles para estimular al grupo a generar ideas creativas y resolver problemas; las dos técnicas son: “Dos cerebros en un acuario” y la técnica de los “Superhéroes”.

Cuando un miembro del “cerebro derecho” ha producido una idea, la expone en voz alta y lanza la pelota a un miembro del “cerebro izquierdo”, que tiene la tarea de traducir la descabellada idea en algo factible y realizable.

A continuación, se presentan los superhéroes, por ejemplo, Superman, Spiderman, Wonder Woman, el Increíble Hulk… describiendo sus poderes especiales, debilidades, antecedentes, imágenes… A continuación, el animador hace que cada participante elija un superhéroe para interpretar (o asigna él mismo los personajes), entregando a cada uno las tarjetas descriptivas correspondientes.

Tras esta fase de calentamiento, se inicia la sesión propiamente dicha, en la que el animador invita a los participantes a formular soluciones al problema planteado a través del punto de vista y los superpoderes propios de cada personaje interpretado. Las soluciones propuestas suelen ser imaginativas o mágicas, por lo que la segunda fase consiste en concretarlas y hacerlas viables.

Hemisferios cerebrales

Los hemisferios cerebrales son las dos porciones aparentemente simétricas de tejido nervioso que conforman gran parte del cerebro humano.Al observar cualquier reproducción del cerebro humano, los hemisferios cerebrales saltan inmediatamente a la vista: son esos dos hemisferios caracterizados por surcos, crestas y lobulillos, y separados por un profundo surco, que ocupan gran parte de la caja craneal.

Órgano vital, el cerebro ocupa su lugar en la caja craneal, por encima de otros componentes encefálicos igualmente importantes para la vida, como el diencéfalo, el tronco cerebral y el cerebelo.

Para facilitar la descripción macroscópica de los hemisferios cerebrales, los anatomistas identifican tres polos en cada uno de ellos: el polo frontal, en su parte anterior, el polo occipital, en su parte posterior, y el polo temporal, a ambos lados.

Los ventrículos cerebrales laterales, o simplemente ventrículos laterales, son dos, uno por cada hemisferio cerebral. Comparables a una Y acostada sobre su lado izquierdo, los ventrículos laterales bordean los cuatro lóbulos cerebrales.

Funciones de los hemisferios cerebrales

Sus herramientas: 100.000 millones de neuronas y un número incalculable de conexiones. Su “lenguaje”: pequeñas corrientes eléctricas y unas 50 sustancias químicas. Sus funciones: supervisar el trabajo del organismo, procesar las señales que llegan del exterior, almacenar los recuerdos y, sobre todo, permitirnos razonar.

Envolviendo el encéfalo se encuentran las membranas denominadas meninges (piamadre, aracnoides y duramadre): al contrario de lo que sugieren las frases hechas, no sirven para pensar, sino para nutrir y proteger el cerebro propiamente dicho.

La existencia de estas conexiones, o sinapsis, fue descubierta a finales del siglo XIX por el fisiólogo inglés Charles Scott Sherrington, aunque no se trata de conexiones físicas porque siempre hay un hueco microscópico entre dos neuronas. Para cruzar esta brecha, las señales cambian de cara: de eléctricas, pasan a ser químicas. La terminación del axón libera sustancias, llamadas neurotransmisores, que son captadas por los receptores de la membrana de la célula objetivo.

Hemisferio dominante

Si le interesa la política, podrá reconocer la estrategia de “enturbiar las aguas” que se aplica todo el tiempo, por ejemplo, cuando se empieza a hablar insistentemente de un asunto que puede ser insignificante sólo para desviar la atención de otro que no debe pasarse por alto.

Si te encargan una tarea importante, tendrás algunas emociones ligadas a ella, tal vez estés emocionado, tal vez estés cabreado… si no sacas estas cosas y te ocupas de ellas, tarde o temprano volverán a ti en forma de factura que pagar e imprevistos que afrontar.

Si, por ejemplo, te aterra fracasar en ese bendito proyecto, pero en lugar de afrontarlo (y solucionarlo), dejas que se encone dentro de ti, tendrás comportamientos que dificultan la consecución del objetivo, acercándote así a ese fracaso que tanto temes.

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