¿Qué es la esencia del ser filosofia?
Significado de la esencia
Se analizarán los conceptos de pensamiento (das Denken), de razón (die Vernunft), de conciencia de género (das Gattungsbewusstsein), de muerte (Tod) y el de la esencia del hombre (das Wesen des Menschen).
Contenidos
Si para Hegel el mundo era la objetivación y el despliegue del Absoluto, Feuerbach quiere mostrar, aunque no explícitamente, cómo el Absoluto es en sí mismo la abstracción en forma reificada de la esencia humana.
(1) Van A. Harvey, Feuerbach y la interpretación de la religión, Cambridge University Press, Cambridge, 1995.(2) Ludwig Feuerbach, La esencia del cristianismo, Feltrinelli Editore, Milán, 6, 2018, Traducción del alemán por Camilla Cometti, pp. 23.
La misma tesis se afirma en De ratio, que, como disertación y, por tanto, primer escrito oficial del entonces jovencísimo Feuerbach, tiene un marcado énfasis idealista y un considerable acento hegeliano.
La esencia del sentido de la vida
Incluso para Duns Escoto (1265 o 1266-1308), que tendía a adoptar una posición intermedia entre los neoplatónicos y los aristotélicos en cuestiones teológicas, como para Aristóteles el objeto propio de la filosofía primaria, o metafísica, era el ser en cuanto ser.
En particular, parece que tal definición no puede abarcar sólo las determinaciones esenciales, sino que acaba abarcando también algunas no esenciales. Por ejemplo, según la definición modal de la esencia, se consideran legítimamente esenciales las determinaciones que posee necesariamente una cosa, pero que intuitivamente no parecen contribuir a la esencia de esta cosa, como “ser idéntica a sí misma” o “formar parte de un todo que contiene un solo miembro”[7].
Aunque esta opción no parece estar plagada del problema de la anterior, posee algunos propios. De hecho, no hace más que desplazar el problema del término “esencia” al término “definición”, con el incómodo riesgo de hacer descender la distinción entre esencial y accidental a un nivel puramente epistémico.
Ousia griega
La reflexión que Luigina Mortari dedica desde hace tiempo al tema del cuidado, encuentra un nudo decisivo en su último libro (Filosofia della cura, Raffaello Cortina 2015): en él, de hecho, además de medirse con los grandes temas que la Ética afronta hoy, no teme dirigir su mirada al “corazón ético” de la práctica del cuidado.
Es un pensamiento suyo que busca, en la conciencia del dolor ontológico de nuestro “ser en lo abierto del ser” y en su cruce con la filosofía del siglo XX, no renuncia a enfrentarse a importantes pensadores contemporáneos y a los clásicos griegos.
Sócrates”, continúa Mortari, “utiliza el término orthos, que indica el punto de equilibrio perfecto. También aventuro una respuesta, interpretando lo correcto con el equilibrio: cuidar de uno mismo y cuidar del otro, hacer por uno mismo y delegar, saber hasta qué punto actuar por el otro o interpretar el cuidado como dejar que el otro actúe por uno mismo”.
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Esencia Treccani
Por último, hay que señalar la importancia y la función irónica que desempeña la afirmación del no-saber dentro del método socrático. No sólo cuando se trataba de la declaración de principios con las derivaciones precisas examinadas anteriormente, sino también cuando había también cuestiones particulares que Sócrates conocía bien, pero pretendía ser “ignorante”. Esta “pretensión”, en el caso particular, provocó el efecto análogo de la proclamación general de principios: provocó el impacto benéfico en el interlocutor del que nació la chispa del diálogo.
Un arte partero dirigido a la ψυχή, pues: así es como el propio Sócrates definió su propio arte irónico-miéutico; y el papel desempeñado por la dialéctica socrática no podría decirse mejor, ni representarse mejor.