¿Cuántos tipos de feminismo hay?

El cuerpo eléctrico. Deseos

El sexismo, de hecho, no se agota en un solo modus operandi, sino que se manifiesta en diferentes (y demasiados) tipos. Algunas tan veladas o arraigadas en el hábito de comportamiento que uno ni siquiera se da cuenta.

Todos los episodios en los que la mujer es relegada a un papel definido y de facto inferior al del hombre que, en cambio, es visto como el que debe proteger, proveer las diversas necesidades y el sustento de la propia pareja.

Lo mismo ocurre cuando se minimiza con palabras (habladas o escritas) un hecho ocurrido en detrimento de un sujeto perteneciente a un determinado género en favor, en cambio, del autor perteneciente al género considerado dominante. O cuando se destaca el género de una persona para subrayar un mérito, como si se dijera que a pesar de ser de tal o cual género ha ganado, ha hecho, etc.

Una lacra, la del machismo, a la que hay que prestar atención, empezando por las propias palabras y gestos, hasta demonizar los de los demás, y aprender a reconocerlo incluso (y sobre todo) cuando se disfraza de costumbre.

Historia de

Las reivindicaciones de Wollstonecraft podrían corresponder a los principios de la revolución dirigida por la burguesía francesa. Según Wollstonecraft, sólo las mujeres de clase media podían salir de la condición de subordinación en la que las mantenía una educación basada en falsos valores masculinos, según la cual las mujeres serían “naturalmente” inferiores a los hombres. En cambio, una educación igualitaria impartida desde la infancia, independientemente del sexo, habría eliminado este problema de raíz[7].

Las cuestiones de la emancipación se plantearon, pues, en la Inglaterra de la Revolución Gloriosa y del parlamentarismo, en Estados Unidos, que se había emancipado de la madre patria y había formulado la primera declaración de derechos humanos incluida en la propia Declaración de Independencia, y en Francia, que había hecho suya esa declaración cuando lanzó la gran Revolución contra el Antiguo Régimen.

File:Emily davison killed 1913.jpg La muerte de Emily Davison en el derby de Epsom En 1905, las “sufragistas” Christabel y Annie Kenney (1879-1953) fueron detenidas y encarceladas por gritar consignas a favor del derecho al voto en una reunión del Partido Liberal. Siguieron más manifestaciones y detenciones: en la cárcel, los manifestantes se pusieron en huelga de hambre, y el gobierno se vio obligado a promulgar la Ley de Prisioneros en 1913, que preveía la liberación de los huelguistas cuando su salud fuera crítica, a condición de que fueran encarcelados posteriormente. De nuevo, en 1913, la sufragista Emily Davison (1872-1913) murió en un intento de detener el caballo del rey Jorge V durante la celebración del tradicional derby al galope en Epsom[31].

Sólo había que pedirlo. 10 historias

A lo largo del tiempo se han desarrollado diversos movimientos de ideología feminista. Varían en cuanto a objetivos, estrategias y afiliaciones; a menudo se solapan y algunas activistas se identifican con diferentes ramas del pensamiento feminista.

Sin embargo, los principales hitos de la lucha feminista, como el derecho al voto y el derecho a la educación, se han llevado a cabo principalmente gracias a la labor del movimiento feminista mayoritario, que siempre ha hecho hincapié en la importancia de conseguir un amplio apoyo a las causas feministas tanto entre las mujeres como entre los hombres.

El ecofeminismo vincula la ecología con el feminismo. Las ecofeministas ven la dominación de las mujeres de la misma manera que la dominación del entorno natural producida por la ideología masculina. Los sistemas patriarcales occidentales, en los que los hombres poseen y controlan la tierra, se consideran igualmente responsables de la opresión de las mujeres y de la destrucción del medio ambiente. Las ecofeministas sostienen que los hombres en el poder controlan la tierra y, por tanto, también pueden explotarla para su propio beneficio y éxito económico[2].

Carteles feministas. el femenino

“Fui criado por dos familias que, en secuencia, se ocuparon de mi crecimiento y educación, cada una dentro de sus posibilidades. A pesar de que una de mis dos madres tenía un trabajo empresarial que la sacaba de casa y la otra era ama de casa, ambas estaban casadas con hombres que no tenían ni idea de dónde se guardaba su ropa interior.”  Escribe Michela Murgia en la introducción del cómic “¡BASTAVA CHIEDERE! 10 historias de feminismo cotidiano”, escrito e ilustrado por la ingeniera informática, bloguera y dibujante francesa Emma Clit. Publicado en italiano en 2020.