¿Cómo es el sexo de una mujer de 40 años?

Lo que las mujeres quieren a los 40

Los motivos son muchos: entre los principales están los conflictos y las penas en nuestra vida, como la pérdida de un ser querido, por un duelo o una relación rota, o el mal de amores, una crisis de cualquier tipo o algún desajuste orgánico y hormonal.

Muchas de estas razones por las que no nos apetece tener sexo pueden resolverse con la ayuda de un médico o de una terapia psicológica que nos ayude a eliminar nuestros bloqueos, pero otras, como el estrés, son circunstanciales y pueden resolverse con tiempo y un poco de paciencia, encontrando el tiempo para dedicarnos al amor y a nosotros mismos.

Principalmente porque esta situación crea un “ritmo sexual” diferente entre ambos miembros de la pareja. Pueden empezar a surgir demandas por parte del otro miembro de la pareja, que no entiende lo que está pasando, lo que aumenta la tensión y la falta de comprensión.

¿Cuánto tiempo puede durar un hombre sin tener sexo?

Hemos visto qué problemas se pueden encontrar a partir de los 40 años, pero también hemos desmontado un mito: el deseo sexual no disminuye exclusivamente porque hayan llegado los fatídicos “mayores”.

Si se presentan problemas sexuales importantes, sería recomendable contactar con un profesional e iniciar una terapia con un experto en sexología con un enfoque adaptado a la persona, que recoja tanto la historia de vida sexual como la afectiva y pueda identificar estrategias de intervención eficaces.

Además, especialmente en el caso de la disminución de la lubricación vaginal, sería aconsejable consultar a un ginecólogo que pueda orientar hacia el uso de lubricantes adecuados y que pueda evaluar cualquier otro expediente.

Cómo despertar el deseo femenino

Primero, hablando de ello abiertamente, sin miedo y sin sentirse herido en el amor propio. Luego, apoyándose mutuamente, también en la búsqueda de ayuda médica específica.Sexo a los 50 y más: se estudian los beneficios

La reducción de la producción de hormonas femeninas (estrógenos) va acompañada de una disminución del deseo y de unas relaciones sexuales menos satisfactorias (a veces incluso dolorosas) debido a la reducción de la lubricación y a los cambios en la mucosa vaginal.

Alrededor de los 50 años, los hombres también tienen que contar con un descenso inicial de la producción de hormonas masculinas (sobre todo de testosterona), acompañado de una reducción inicial de la eficacia del aparato cardiovascular y muscular, que contribuye a que estén menos preparados para iniciar y mantener el esfuerzo (porque esfuerzo es) del acto sexual.

Dado que en la erección entran en juego tanto la circulación sanguínea como los estímulos nerviosos, los factores orgánicos que pueden desencadenarla incluyen todas aquellas enfermedades que provocan daños vasculares o neurológicos, pero también las causas hormonales y, en ocasiones, los tratamientos quirúrgicos o farmacológicos que interfieren de diversas maneras en los mecanismos eréctiles.

Disminución del deseo femenino a los 50 años

Hoy en día, estas enfermedades se pueden diagnosticar en el mismo embarazo antes del parto, con pruebas no invasivas como las pruebas prenatales no invasivas, y en algunos casos con métodos invasivos como la biopsia corial o la amniocentesis.

En Clínica Fertia hemos podido comprobar de primera mano que las madres maduras son mujeres embarazadas muy motivadas y disciplinadas que siguen todas las recomendaciones médicas en cuanto a suplementación vitamínica, dieta, estilo de vida, ejercicio…