¿Cómo se llama la adicción a la tristeza?
Prueba de dependencia afectiva
En el enfermo, la dependencia afectiva provoca una aparente sensación de bienestar y gratificación, pero, al mismo tiempo, aumenta la fuerte necesidad de vinculación con la pareja de la que depende y en la que invierte toda su energía.
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La dependencia afectiva lleva al enfermo a apaciguar el miedo a la soledad y al rechazo idealizando una serie de fantasías románticas. En la relación de pareja, pues, el vínculo de apego que se establece alivia el miedo -consciente o inconsciente- a ser abandonado, haciendo creer a la persona afectivamente dependiente que podrá resolver sus propias carencias de autoestima.
En la actualidad, la dependencia afectiva aún no figura entre los trastornos psicológicos oficialmente reconocidos y descritos en el “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” (DSM), debido a la insuficiencia de datos experimentales.
Sin embargo, los “entendidos” coinciden en definir esta afección como un problema psicológico de comportamiento específico y la clasifican entre las “Nuevas Adicciones”, entre las que también se encuentran la adicción a Internet, la ludopatía y las compras compulsivas.
Las causas de la dependencia afectiva
Las personas que padecen este trastorno tienen una autopercepción típica que les lleva a tener una baja autoestima. Normalmente, las personas que padecen este trastorno se sienten inadecuadas en relación con los demás, como si tuvieran algo menos que les hace sentirse inferiores; se perciben a sí mismas como equivocadas. Por lo tanto, esta consideración les hace ser inseguros y tener una baja autoestima y esto afecta a la forma en que se relacionan con la gente y al papel que los demás desempeñan en sus vidas[2].
Test de trastorno de la personalidad dependiente
Por lo tanto, son medios fundamentales para tomar decisiones y hacer elecciones “correctas” para nosotros en un momento determinado, lo que nos permite organizar nuestro comportamiento de forma coherente con lo que es correcto para nosotros.
Estas estrategias también pueden ser funcionales y útiles en momentos puntuales. Pero no pueden convertirse en la forma habitual de afrontar lo que sentimos para intentar eliminarlo; también porque las emociones, incluida la tristeza, no pueden eliminarse de nuestra experiencia.
Todos estos mecanismos pueden llevar incluso a desarrollar una verdadera fobia a los estados internos dolorosos. Por eso es esencial permitirnos explorar estados emocionales dolorosos o temerosos. Escucharnos a nosotros mismos, conectar con las sensaciones físicas y estar en contacto con lo que sentimos nos permite, de hecho, utilizar las señales que percibimos de forma beneficiosa y positiva para nosotros, también en términos de evolución personal, y tener cada vez menos miedo de ellas.
El empleado afectivo traiciona
En mis años de trabajo como psicólogo en Prato, Florencia y Empoli, me he dado cuenta de que la gente suele utilizar el término “depresión” para definir situaciones que no tienen nada que ver con una depresión clínicamente significativa.
Si tu vida parece inútil y vacía de todo interés y si no puedes ver ninguna luz en tu futuro, significa que te encuentras en un momento especialmente negativo de tu vida.
El pasado parece vacío, el presente triste y el futuro inexistente. Es en momentos así cuando la depresión puede arraigar en nuestra psique, y evolucionar hacia pensamientos muy tristes, que eventualmente conducen a la manía suicida, dictada por la desesperación.
El DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos psiquiátricos), de hecho, distingue diferentes estadios de depresión, que van desde la “depresión mayor” hasta los “episodios de depresión menor” o “distimia”, que representan la mayoría de los casos.
