¿Qué es ser viajero y no turista?

El viajero

No me gusta definir a las personas con etiquetas, porque creo que cada uno de nosotros tiene una historia única detrás y es un ser humano inimitable. Las elecciones de los demás nunca deben juzgarse de forma superficial, sin conocimiento. Y en cambio, a lo largo de los años, he visto a muchos viajeros etiquetar negativamente como “turistas” a quienes simplemente han elegido un estilo de vida y de viaje diferente al suyo.

Para satisfacer su deseo de tener fotos “bonitas” de sus viajes, no tienen ningún problema en pisotear tradiciones milenarias, como las normas de acceso a un templo budista en Tailandia o la prohibición de subir a un antiguo volcán en Centroamérica considerado sagrado por la población local.

No juzgo esta elección, pero hay que decir una cosa: el mundo de hoy no necesita más turistas derrochadores y maleducados, sino exploradores humildes y respetuosos, personas que conecten con otras personas, prueben los platos locales, sonrían y estén dispuestas a aprender. Personas capaces de no dejar rastro de su paso, sólo buenos recuerdos.

Viajando

Desde entonces muchos le siguieron, como por ejemplo Goethe, cuyo Viaje a Italia (Italienische Reise), publicado en 1817, fue utilizado por los viajeros en muchas décadas posteriores como una auténtica guía de viaje.

El fenómeno crece año tras año. La Organización Mundial del Turismo estima que más de mil millones de personas viajaron por turismo en 2012 por primera vez en la historia.

A veces, el turismo crea conflictos con las poblaciones residentes debido a los cambios económicos, sociales, estructurales o medioambientales que conlleva[4][5]. Por ello, algunos hablan del riesgo de deslizarse hacia formas de neocolonialismo y dominación[6]*[7].

Además, a diferencia de otros países europeos, Francia y España a la cabeza, que tienen una política económica clara y decidida en materia de turismo, en Italia el turismo al aire libre que ofrecen los campings y las villas turísticas no se considera en absoluto estratégico para el desarrollo sostenible.

Viajero del tiempo

La eterna lucha entre el bien y el mal, me recuerda. He leído mucho sobre el tema y he intentado darme una respuesta, según mi forma de ver esta diatriba, desentrañando entre: proclamas de guerra, citas eruditas y afirmaciones rotundas.

Ambas distinciones no me satisfacen del todo, de hecho para mí esta clara división no existe, lo siento por los puristas pero, en mi opinión todos somos un poco turistas y un poco viajeros, ¡al mismo tiempo! ¡¡Sacrilegio!!

¿Turista o viajero? Quiero ser ambas cosas. De forma consciente, abordando los viajes sólo de forma que me permitan experimentar lo que el destino me ofrece, siempre respetando a quienes lo viven cada día.

Si, por el contrario, viajas entendiendo a dónde vas, saliendo del hotel, utilizando guías locales, hablando con la gente, probando la comida local e intentando pasar el mayor tiempo posible en el lugar y si cuando vuelves no eres el mismo de antes, entonces eres un viajero.

Reúne a muchos viajeros

Dos importantes ejemplos de iniciativas que combinan tres factores fundamentales para el turismo del futuro. Los factores son: la participación popular, la recuperación de los bienes culturales y la promoción del turismo de base.Las dos iniciativas son la Forra del Lupo en Serrada (Folgaria, Trentino) y la Flaminia Militare en los Apeninos entre Florencia y Bolonia.He hablado extensamente de la primera aquí. La historia del segundo lleva 40 años. Dos amigos de un pueblecito de los Apeninos se enfrascaron en un enigma histórico: ¿por dónde pasaba la Vía Flaminia romana, que unía Faesulae con la recién fundada Bononia (189 a.C.)? Buscando terminaron por encontrarla, excavando secciones de ella, identificando la ruta hasta Mugello. Escribieron libros (de descarga gratuita), hicieron vídeos, prepararon un sitio web. Tras el primer descubrimiento, los dos, que hasta entonces habían sido considerados un poco bobos, recibieron el apoyo y la ayuda de su pueblo y de los vecinos. … Continuar leyendo…