¿Por qué hacer un regalo?

Regalo significado psicológico

Contienen pensamientos, motivos (claros o ambiguos) y emociones (por ejemplo, confianza, placer o dolor,..) conscientes e inconscientes, que los llenan de significado. Pueden ser declaraciones de influencia, poder, gusto, simpatía, estatus y emociones.

1) El dador asertivo: utiliza los regalos para gratificar y recompensar. Quiere que el regalo diga algo sobre sí mismo y lo elige por su valor emocional y no por su valor económico. Tiene en cuenta los deseos del otro, las experiencias comunes y muestra con alegría los regalos recibidos (signo del vínculo con los demás).

2) El dador agresivo/narcisista: experimenta los regalos con fastidio. No tolera recibir regalos y tener que dar las gracias (para no sentirse dependiente de los demás). Cuando hace regalos quiere demostrar su poder y autogratificación (no se centra en el destinatario y sus gustos). Por lo tanto, utiliza los dones para controlar a los demás o subyugarlos.

Independientemente de todo, el hecho es que los paquetes de regalo son siempre apreciados y esperados. Incluso en el caso de que resulten ser un reciclaje de lo reciclado… ¡Cuántos de nosotros no hemos puesto nunca una buena cara/regalo! Ahí está también la belleza del momento.

Me dio un regalo caro

Siempre es preferible regalar algo tangible, que pueda hacer que uno se dé cuenta del cuidado y el placer puestos en el regalo. Porque en la base del regalo debe estar esto. ¡El placer de hacerlo!

Hoy en día, también se puede comprar mucho por Internet, pero pedir que los regalos se entreguen en casa y luego entregarlos en persona al destinatario. Recuerde también sacar el regalo del envoltorio del comercio electrónico y envolverlo usted mismo, adecuadamente.

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Sin embargo, es obligatorio si se envía el regalo. La tarjeta debe estar escrita a mano, con pocas palabras pero sinceras, y firmada (sin títulos y con el nombre antes del apellido, si es necesario ponerlo).

Si tiene tarjetas de visita, también puede utilizarlas, pero no las profesionales, sino las personales, en las que sólo se indique el nombre y los apellidos. En caso de no tenerlas, una tarjeta blanca servirá.

Me temo que ahora es demasiado tarde para aconsejar. En cualquier caso, mi sugerencia hubiera sido que hicieras lo que te apeteciera, y si se te ocurriera hacerle un regalo, te hubiera aconsejado que lo hicieras.

Lenguaje de los regalos

Cuando quieras hacer el regalo adecuado, no debes elegir con tus propios ojos y necesidades, sino con los de la persona a la que le haces el regalo, intentando ponerte en el contexto en el que vive y sintonizar con su mundo.

Hay que sintonizar con sus inclinaciones y pasiones y, sobre todo, no estropear el efecto sorpresa. Incluso en los casos en los que hay peticiones manifiestas, no hay que olvidar añadir siempre algo que deje intacto el sabor de la sorpresa.

El placer de regalar

Debemos recordar que el que da y el que recibe somos siempre nosotros. A veces somos los que damos, otras somos los que recibimos el regalo. A la luz de esto, ¿cómo nos comportamos como receptores? ¿Y cómo como donantes? ¿Una diferencia sustancial o la misma cara de la moneda? En primer lugar, hay que distinguir entre el que da y el que recibe:

Cuando se ofrece un regalo, sobre todo si se hace a un ser querido, se condensan una serie de expectativas con una gran carga emocional. Ante todo, se trata de un gesto gratuito que no se hace para recibir algo a cambio, por lo que también a nivel simbólico debe condensar a los dos protagonistas del regalo: el dador y el receptor.

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