¿Cómo puedo mejorar mi forma de ser?

30 cosas que hacer para mejorar

Tu mente lleva la cuenta de las palabras que te gratificaron y de las críticas que te hirieron, de las situaciones que viviste, de las veces que, a pesar de los obstáculos, actuaste y de aquellas en las que el miedo al fracaso te paralizó. Lleva la cuenta de las decisiones que has tomado, tus éxitos y tus derrotas. Tu yo se nutre de estos recuerdos.

Las acciones impulsadas por la ansiedad, la culpa, el miedo al abandono y el fracaso casi nunca generan un cambio real; en el mejor de los casos, una imitación fugaz. Un cambio basado en estas motivaciones, de hecho, como parece, se desvanece una vez que se han reabsorbido las emociones que lo habían inducido. Por eso, los cónyuges y padres frustrados suelen soltar: “Debería amenazarle todos los días para que se comporte como debe”.

Cómo mejorar la comunicación verbal

Tus reacciones instintivas, racionales, lógicas, totalmente emocionales… sirven con el tiempo para perfilar tu carácter. En tu agenda también puedes controlar tu progreso, cuánto estás avanzando con tus planes y objetivos.

No digo que haya que tomar medidas inmediatas (aunque sería mejor quitarse el retraso de encima), pero por regla general, los cambios no son fáciles, ni se producen de repente. Se trata de pequeños pasos que se van juntando uno tras otro y finalmente se cruza un puente hacia el otro lado.

Si deseas perder kilos, significa que te imaginas delgado, pero en concreto, ¿qué tipo de objetivos conlleva este deseo? ¿Son definitivos, intermedios? ¿Son factibles? ¿Corresponden realmente a los deseos? Piénsalo: puedes ser tan deseoso como vago.

Así que, para dar en la diana, tu objetivo de mejora debe partir de algo definido, identificado, claro. De lo contrario, se queda en un mero propósito, que no podrás poner en práctica porque no tienes la suficiente claridad de hacia dónde quieres ir.

Cómo mejorar mentalmente

El exceso de pensamientos ocupa nuestra mente de forma que nos impide pensar con claridad, nos mantiene distraídos y consume nuestra energía mental, lo que se traduce en menos tiempo y energía para hacer el verdadero trabajo. Impone una carga cognitiva en nuestra mente que nos distrae de pensar en el futuro y de hacer verdaderos progresos.

Todo el mundo puede pensar y repensar las cosas de vez en cuando, pero los pensadores crónicos, los que pasan la mayor parte del tiempo rumiando y poniéndose bajo presión, confunden lo que yo llamo “presión positiva” con el estrés.

Frases como “qué pasaría si” y “debería” dominan el pensamiento, como si un jurado invisible se sentara a juzgar la vida. ¿Conoces a alguien que se pone nervioso cada vez que publica en Internet porque le preocupa profundamente cómo interpretarán los demás sus publicaciones y actualizaciones?

“Como nos sentimos vulnerables cuando pensamos en el futuro, seguimos intentando resolver los problemas en nuestra cabeza”, dice David Carbonell, psicólogo clínico y autor de “El truco de la preocupación: cómo tu cerebro te engaña para que esperes lo peor”.

Mejorarse a sí mismo en inglés

¡Veo el progreso! Me doy cuenta de que estoy trabajando en una buena parte de los 16 puntos, ¡unos buenos 16 puntos! – y empecé a hacerlo poco a poco, así que a estas alturas muchos son hábitos y puedo decir que no me he dado cuenta de cómo se han convertido en hábitos.

En resumen, no he hecho la lista para tener razón, no me importa. Sólo quería decir que muchos de los puntos indican que obtengo satisfacción y autoestima al lograr algo y a eso me refería con éxito, espero que quede claro.

Los 16 puntos son muy útiles, y me preguntaba si hay otros junto a estos que aumenten la autoestima independientemente de lo que consiga, simplemente por existir. Creo que la gratitud es una de ellas, y en menor medida, algunas de las otras ( como la lectura) te abren la mente y te ayudan a apreciarte por lo que eres.

También incluiría en la lista los ejercicios de respiración porque me están resultando realmente efectivos… He descubierto que hay diferentes para distintos casos y no ocupan demasiado tiempo, ¡incluso sólo tres minutos!