¿Cómo dar estímulo a un hermano?

A las frases de mi hermano

A veces nuestros seres queridos dicen que quieren estar solos para no preocuparnos, pero otras veces realmente necesitan tiempo a solas y este sentimiento también debe ser aceptado y respetado.

Hacer que se sientan parte de la familia, incluso en los momentos de crisis, nos permite estar ahí para guiarles adecuadamente en la comprensión y aceptación de lo que está sucediendo y hacerles entender que, pase lo que pase, no estarán solos.

Sin embargo, a veces los niños no quieren visitar al paciente o no pueden hacerlo por otras razones; en este caso hay otras formas de mostrar su interés, por ejemplo, mediante una carta o un dibujo, o con un mensaje de voz, una canción o una llamada telefónica.

Primero recibí radioterapia, 30 sesiones, y luego 23 ciclos de quimioterapia. A día de hoy todavía me siento débil y no sé qué hacer. Tomo medicamentos antiepilépticos y antidepresivos, cada día tengo que ser fuerte y hacer lo que pueda para vivirlo plenamente.

Un hermano y para siempre

La persona deprimida rumia constantemente pensamientos trágicos. “Siempre me siento sola y abandonada. Me siento derrotado por la vida e incapaz de disfrutarla. No espero nada bueno de los demás. Por el contrario, no confío en la gente. Los demás sólo pueden tener prejuicios contra una persona como yo. Nunca me aceptarán. La vida, para mí, no tiene sentido”.

El Salvador procede con algunos movimientos destinados a salvar a la víctima, pero ésta generalmente no se salva. En otras palabras, la persona deprimida, a pesar de los esfuerzos del Salvador en su favor de mil y una maneras, no mejora, no vuelve a utilizar sus recursos psicofísicos, no se activa y sigue sufriendo la depresión.

O el “juego psicológico” puede dar otro giro: la persona deprimida (Víctima), al sentirse asfixiada por las atenciones y expectativas de la persona “sana” (Salvador), se cambia a sí misma a la posición de Perseguidor. Y el Salvador pasa a la posición de Víctima.

Un hermano es un trozo de tu corazón

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL AMORIS LAETITIA DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS OBISPOS A LOS SACERDOTES Y DIÁCONOS A LAS PERSONAS CONSAGRADAS A LOS ESPOSOS CRISTIANOS Y A TODOS LOS FIELES LAICOS SOBRE EL AMOR EN LA FAMILIA

[3] Discurso de clausura de la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos (24 de octubre de 2015): L’Osservatore Romano,26-27 de octubre de 2015, p. 13; cf. Comisión Bíblica Pontificia, Fe y cultura a la luz de la Biblia. Actas de la Sesión Plenaria de 1979 de la Pontificia Comisión Bíblica, Turín 1981; Conc. Ecum. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 44; Juan Pablo II, Lett. enc. Redemptoris missio (7 de diciembre de 1990), 52: AAS 83 (1991), 300; Exhort. Evangelii gaudium (24 de noviembre de 2013), 69.117: AAS 105 (2013), 1049.1068-1069.

[181] Cf. Ecum. Vat. II, Const. Pasado. Gaudium et spes, 51: “Todos sabemos que la vida humana y la tarea de transmitirla no se limitan a los horizontes de este mundo y no encuentran allí ni su plena dimensión ni su pleno sentido, sino que conciernen al destino eterno de la humanidad”.

Frases para animar a no rendirse

Imaginemos que el niño que ve entrar a un extraño en casa se ve embargado por muchas emociones desconocidas, que a menudo no se ven, y que por tanto hay que descubrir, descodificando las actitudes del niño que se encuentran anormales. Intentemos imaginar cuáles son estos sentimientos desconocidos pero fuertes en el alma del niño:

Son signos de malestar que el niño mayor trae a la vida cotidiana: hay que verlos, considerarlos, interpretarlos y seguirlos con medidas afectivas. Son señales que pueden llamar la atención del adulto, y de hecho tienen, para el niño, ese propósito. Son advertencias que pueden ser transitorias si despiertan la atención de los padres, quienes, gracias a las solicitudes del niño implicado, las tratan con cariño.

Para no detenernos sólo en las manifestaciones evidentes del malestar que un niño trae consigo el nacimiento de un hermanito, la cuarta carga, como la hemos llamado, tratemos ahora de descubrir el aspecto dinámico de las profundidades del acontecimiento, es decir, ahondemos en los pliegues ocultos del psiquismo del niño comprometido en un trauma vital como éste (lo llamamos trauma, aunque sea fisiológico en la vida normal de una familia, precisamente porque compromete psicológica y afectivamente a toda la familia y al niño en particular de manera bastante excepcional).