¿Cómo combatir la crisis de los 40?

Crisis de la mediana edad y separación

Como el hombre siempre ha estado sometido a los estereotipos sociales que quieren que sea eternamente fuerte, exitoso y viril, le resulta inmensamente difícil aceptar cualquier forma de deterioro de la salud física o mental.

La caída del cabello, el aumento de peso, una mayor sensación de debilidad o de agotamiento, una disminución del rendimiento sexual, pequeños dolores, la jubilación… son cambios que minan la autoestima de los hombres, echando por tierra todas sus certezas, provocando malestar y desánimo.

Ciertamente, identificar el problema, compartir el malestar con los seres queridos y, si es necesario, el apoyo de un psicólogo válido puede acortar la crisis, sin dejar secuelas.

Además, las personas que no están acostumbradas a leerse por dentro y a reconocer sus síntomas, las personas que deciden no exteriorizar lo que muchos consideran una debilidad, están destinadas a prolongar su malestar hasta el amargo final.

Cómo lidiar con una esposa en crisis de mediana edad

Pensemos en la salida del nido de los hijos, que conlleva un reajuste de la dimensión de la pareja de parental a conyugal; una realización familiar, social, laboral; la presencia de enfermedades o la pérdida de los padres; posibles cambios corporales; el balance de la propia vida.

En este periodo aumentan los trastornos del estado de ánimo, como la depresión, vinculados a una condición vital en la que nos hemos encerrado o nos hemos dejado encerrar.

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Frases de hombre de la crisis de la mediana edad

Aunque cada persona experimenta este periodo de forma personal, los síntomas son comunes a todos: periodos de depresión, pérdida de motivación hacia el trabajo, necesidad de aventura y cambio, indiferencia hacia la vida, conciencia de la muerte.

Como se ha mencionado anteriormente, Jung considera este periodo, de los 35 a los 40 años, una revolución psíquica en la que el individuo tiene un punto de inflexión natural, pero durante milenios el periodo de 40 años ha tenido un significado especial para los humanos.

El niño comienza su vida psicológica en una esfera muy circunscrita, cerrada en la órbita de su madre y su familia. A medida que crece, su horizonte se amplía, sale al mundo y se aleja de sus padres, e inevitablemente aumentan las influencias de las que es víctima.

Por eso, en torno a los 35-40 años, las personas empiezan a cuestionar aspectos de su vida, pueden resurgir pasiones y rasgos juveniles (vestirse como adolescentes, ir a clubes o discotecas, etc.), pueden buscar nuevas experiencias o hacer cosas que antes no hacían por diversos motivos, pueden hacer trampas por desinhibición sexual o para “salir” del rol de pareja, pueden devaluar las cosas en las que han invertido toda su energía vital o, por el contrario, por una especie de “mecanismo defensivo”, pueden hacerlas dogmáticamente fundamentales e incuestionables.

La crisis de la mediana edad a los 30 años

Según algunos investigadores, existen dos tipos de depresión adolescente: una depresión evolutiva, vinculada a la etapa específica del desarrollo, y otra definida como “atípica”; analicemos ambas.

El modelo de la Taxonomía Jerárquica de la Psicopatología (HiTOP) nos invita a considerar los problemas de salud mental evaluando diferentes áreas y llegando a una formulación diagnóstica mediante un enfoque basado en la evidencia científica, en lugar de la opinión o la anécdota.

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