¿Qué es el maltrato psicológico en la pareja?

Síntomas de violencia psicológica

Un maltrato lento y corrosivo que se da no sólo en las parejas, sino en todo tipo de relaciones: entre padres e hijos, entre amigos, en el trabajo. Y que, precisamente por su naturaleza a menudo silenciosa e insidiosa, casi nunca se califica como seria o digna de ser tratada.

El abuso emocional implica, como términos de la relación, a un agresor o abusador y a una víctima o persona abusada. Y, como se desprende de su expresión, promulga un verdadero maltrato de carácter “emocional”, un desequilibrio en el que el primer miembro de la relación abruma al segundo para socavar su bienestar psicológico y físico.

De ello se desprende que las personas que sufren abusos emocionales desarrollan, con el tiempo y cuando están sometidas a un maltrato reiterado y generalizado, síntomas de ansiedad, depresión, angustia, desconfianza y una sensación general de malestar a nivel psicológico y físico.

Ejemplos de violencia verbal

Sin embargo, el autor de la violencia psicológica parece no mostrar signos de terminar, perpetrando un patrón relacional sin fin. De hecho, el maltratador sigue gritando agresivamente su veneno mientras la víctima permanece paralizada, siendo testigo de las constantes acusaciones y errores cometidos.

La víctima tiende a sentirse culpable, como si estuviera haciendo algo malo constantemente o, peor aún, como si hubiera algo profundamente malo en ella para recibir ese trato.

¿Por qué dejar que los efectos de ataques similares formen parte de la vida de uno? ¿Cuánto tiempo hay que seguir aguantando? ¿Hasta cuándo seguir permitiendo que la propia autoestima se llene de insultos, críticas, humillaciones?

Estas son algunas de las preguntas que solemos hacernos cuando tratamos con personas que son víctimas de violencia psicológica. Las personas que les rodean tienden en vano a amonestarles y acaban haciéndoles sentir mal al no distanciarse de estas personas. ¡Como si las víctimas eligieran intencionadamente atarse a personas que quieren destruirlas!

Crimen de violencia psicológica

Culpar, avergonzar e insultar son algunos de los comportamientos verbalmente abusivos que pueden afectar emocionalmente a la víctima. La autoestima y el bienestar emocional de la víctima se ven alterados e incluso disminuidos por el maltrato verbal, lo que da lugar a una víctima de maltrato emocional. [5]

En 1996, el National Clearinghouse on Family Violence,[8] para Health Canada, informó de que el 39% de las mujeres casadas o que cohabitaban habían sufrido abusos emocionales por parte de sus maridos/parejas; y en una encuesta realizada en 1995 entre mujeres de 15 años o más, el 36-43% informaron de abusos emocionales durante la infancia o la adolescencia y el 39% experimentaron abusos emocionales en el matrimonio/la pareja; este informe no se refiere a los niños u hombres que experimentan abusos emocionales por parte de sus familias o parejas. Un documental radiofónico de la BBC sobre el maltrato doméstico, incluido el emocional, informa de que el 20% de los hombres y el 30% de las mujeres han sido maltratados por su cónyuge u otra pareja íntima. [21]

Trauma por violencia psicológica

“Nunca amarás a nadie porque no fuiste amada por tus padres… me lo repetía a menudo, sabiendo que yo sufría por la complicada relación con mis padres y luego añadía que sólo él podía amarme a pesar de tener tantos problemas” Marta

“Un día me dijo que si salía con falda corta estaba buscando violencia sexual. Que si realmente quería vestirme como una chica mala era mejor que estuviera conmigo, como mucho podría cambiarme en su casa y luego saldríamos” Marta

Muchos de los que consiguieron salir de ella contaron que su pareja había empezado a enfadarse porque se les contradecía y luego acababa con insultos y amenazas cuando intentaban alejarse de él. Las amenazas no sólo afectaron a la mujer, sino también a su familia:

‘Después de unos años de noviazgo me quedé embarazada de nuestro primer hijo, pensé que un hijo lo cambiaría, pero nada las cosas fueron empeorando porque luego al tener nuestra propia casa él podía manejarme como quería, no podía salir de la casa ni siquiera al balcón… cuando él estaba no podía ni siquiera ver la televisión, la veía a escondidas con el volumen bajo porque si venía escuchaba la voz en la televisión. Un día el profesor de mi hijo tuvo que hablar conmigo urgentemente, y me dijo: vale, vete, pero tienes que estar cinco minutos, no mires a nadie en la calle, te llamaré en cinco minutos para ver si estás en casa.