¿Qué busca un hombre casado fuera del matrimonio?

Las tres fases del amante

Mujeres que no sobreviven a las vacaciones que no pasan con su alma gemela, a las llamadas telefónicas que no llegan y a los correos electrónicos que languidecen en el éter, en sintonía y sincronía con los días rojos del calendario.  Y de nuevo, las alarmantes e interminables tardes de verano o de vacaciones se convierten en el denominador común de este estado de sufrimiento que caracteriza el amor de un hombre casado.

Habrá peleas, llantos interminables, encuentros, fugas y fantasías reparadoras, pero cuando finalmente algo se rompe por dentro, la “otra” mujer se convierte en ella misma, y finalmente emprende el camino de la vida. El verdadero. La suya.

Lo que un hombre piensa de su amante

Violar este pacto es traicionar, ofender, faltar al respeto. Significa ser cómplice -aunque esté atormentado, confundido, afligido- y significa participar o facilitar la traición, la ofensa y la falta de respeto.

Muchos hombres que durante toda su vida se han considerado perdedores por no tener suerte en el amor (nadie se los ha tirado, a partir de los doce años), en cuanto inician su primera relación pueden atestiguar que de repente experimentan un fenómeno singular: el de hacerse notar por las mujeres.

Y, como ellos mismos son muy fieles a su matrimonio -no a su pareja-, están muy interesados en establecer una relación clandestina de igual a igual. Casado tú, casado yo, ambos somos infieles a nuestras parejas, pero fieles a nuestro vínculo con ellas, por lo que seguramente seremos fieles el uno al otro (¡¿de verdad?!) y sobre todo en igualdad de condiciones.

  ¿Qué hacer cuando tu pareja te hace sentir mal?

Repito: se trata de casos raros, de historias en las que a menudo se experimentan fuertes y auténticos conflictos interiores y para los que el camino de la realización conlleva costes emocionales y personales muy importantes, que hay que tener en cuenta y no subestimar.

Por qué un hombre casado engaña

La mujer/amante justifica las mentiras de su pareja porque la identifica como “víctima” de una relación asfixiante, insatisfactoria e inútil. Se ve a sí misma como una redentora, que también se salva a través de esa relación.

La amante ignora o niega la dominación a la que la someten porque las reglas las impone la persona casada y, por tanto, no tiene margen de maniobra. La amante se adapta a estas reglas sin percibir cómo cambian su carácter y su autonomía. Estamos ante una persona con bastante inseguridad (baja autoestima) que pone su energía en la relación, aún siendo consciente de que no tiene la valoración ni el reconocimiento que le gustaría.

¿Después de cuánto tiempo deja un hombre a su mujer por su amante?

He hablado del problema (del que os he hablado mucho en conversaciones anteriores) con él, el hombre casado del que estoy enamorada. Le hablé de mis deseos, de querer tener una familia con él o al menos una relación “normal”, a la luz del día, sin tener que mendigar migajas de tiempo.

La ayuda directa de un colega sería deseable para aportarle claridad, así como para curar las heridas de una relación tóxica que parece haberle costado demasiado cara, y para afrontar el futuro armada con nuevas fuerzas y conciencia.

Lo que tú llamas exigencias son sólo tus sacrosantos derechos, ya que en una relación debe haber también respeto _reciproco_, y aquí me parece que hay muy poco de eso por su parte.

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