¿Cómo saber si has dejado de amar a tu pareja?

Señales de que ya no te quiere

Las personas cambian con el tiempo, al igual que sus necesidades, sus expectativas: pero ¿qué ocurre si estos cambios se producen en un lado? ¿Qué ocurre si los cambios se producen de forma individual y se pierde la armonía del pasado?

Antes hemos hablado del diálogo: para que éste se produzca tiene que haber alguien que hable, pero también alguien que escuche. Si este ingrediente empieza a faltar en su relación, algo va definitivamente mal.

Amar, en definitiva, significa aceptar, estar presente, compartir, pero también tener contacto físico… y por contacto físico no sólo nos referimos al sexo, sino también a esas cositas llamadas abrazos, besos.

Cuando uno ya no ama la psicología

El hecho es que estar en pareja no asegura que los compañeros se complementen. Los ingredientes que funcionaron diez años antes pueden ser inútiles ahora, porque los acontecimientos, el comportamiento, las situaciones e incluso las condiciones económicas cambian.

Por lo tanto, para reactivar este circuito de comprensión, anticipación y confort (la sensación de alivio de sentirse al lado de una persona que te entiende), hay que intentar estar juntos, hacer cosas juntos, intentar sincronizarse.

Estoy confundida, no sé si le quiero

Si, después de un día de trabajo, uno se encuentra en la cama por la noche y no siente placer en compartir su espacio con el otro, en decirse “te quiero” y en darse un beso de buenas noches, probablemente la relación esté llegando a un punto problemático.

  ¿Cómo saber si realmente debo divorciarme?

Gestionar una relación a diario -ya lo sabemos- significa luchar cada día con los pequeños defectos de nuestra pareja, y con esos hábitos que simplemente no nos gustan -aunque no sean cuestiones graves-.

¿El enésimo sábado de cine? ¿La habitual pizza del domingo por la noche? ¿Más amigos en casa y una cena que preparar a pesar de no querer hacer nada más que ponerse el pijama y disfrutar de una tarde en el sofá?

El dolor de no amar más

Si, después de un día de trabajo, uno se encuentra en la cama por la noche y no siente placer al compartir su espacio con el otro, al decir “te quiero” y al darse un beso de buenas noches, probablemente la relación esté llegando a un punto problemático.

Gestionar una relación a diario -ya lo sabemos- significa luchar cada día con los pequeños defectos de nuestra pareja, y con esos hábitos que simplemente no nos gustan -aunque no sean cuestiones graves-.

¿El enésimo sábado de cine? ¿La habitual pizza del domingo por la noche? ¿Más amigos en casa y una cena que preparar a pesar de no querer hacer nada más que ponerse el pijama y disfrutar de una tarde en el sofá?

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