¿Qué es la tristeza aguda?
Me siento triste por dentro
Ningún texto médico que trate de las enfermedades mentales y sus criterios de diagnóstico (incluido el conocido DSM, o Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) define o habla del agotamiento nervioso.
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Varios investigadores han estudiado los cerebros de las personas con agotamiento nervioso, con el fin de comprender qué ocurre allí o si ocurre algo en absoluto. Curiosamente, algunos de los estudios realizados informaron de que había un desequilibrio de neurotransmisores en el cerebro de algunos pacientes.
Las consecuencias de los trastornos depresivos que pueden derivarse de una crisis nerviosa suelen consistir en el aumento o la pérdida de peso, el aislamiento social, la falta de interés por las relaciones familiares, la falta de interés por la vida laboral y las ideas suicidas.
Las situaciones que provocan estrés pueden complicar la vida cotidiana; sin embargo, en la mayoría de los casos, las personas consiguen hacer frente a estas circunstancias sin desarrollar una crisis nerviosa.
Los remedios no médicos como el yoga, la aromaterapia, la relajación muscular progresiva y la hipnosis pueden favorecer la relajación, por su efecto antiestrés, y ayudar a prevenir futuras crisis nerviosas.
Cuando la tristeza te asalta
Por lo tanto, son medios fundamentales para tomar decisiones y hacer elecciones “correctas” para nosotros en un momento determinado, permitiéndonos organizar nuestro comportamiento de forma coherente con lo que es bueno para nosotros.
Estas estrategias también pueden ser funcionales y útiles en momentos puntuales. Pero no pueden convertirse en la forma habitual de afrontar lo que sentimos para intentar eliminarlo; también porque las emociones, incluida la tristeza, no pueden eliminarse de nuestra experiencia.
Todos estos mecanismos pueden llevar incluso a desarrollar una verdadera fobia a los estados internos dolorosos. Por eso es esencial permitirnos explorar estados emocionales dolorosos o temerosos. Escucharnos a nosotros mismos, conectar con las sensaciones físicas y estar en contacto con lo que sentimos nos permite, de hecho, utilizar las señales que percibimos de forma beneficiosa y positiva para nosotros, también en términos de evolución personal, y tener cada vez menos miedo de ellas.
Tristeza repentina
El trastorno depresivo mayor se presenta predominantemente en mujeres, con una proporción de aproximadamente 2:1 en comparación con los hombres (Seedat et al., 2009) y afecta a alrededor del 6 % de la población mundial (Bromet et al., 2011). También se calcula que una de cada seis personas desarrollará al menos un episodio de depresión mayor en su vida (ibíd.).
La depresión mayor también se manifiesta de forma somática. Algunos pacientes pueden somatizar la tristeza manifestando más síntomas somáticos (fatiga crónica, dolor generalizado, problemas gastrointestinales). En algunos casos, los pacientes con depresión mayor pueden negar el trastorno del estado de ánimo preocupándose sólo por los síntomas físicos, hasta el punto de manifestar delirios hipocondríacos.
El tratamiento de la depresión implica intervenciones farmacológicas y no farmacológicas integradas (NICE, 2009). En efecto, la investigación ha demostrado que, en la mayoría de los casos, el tratamiento farmacológico combinado con el tratamiento psicoterapéutico favorece los mejores resultados clínicos (Cuijpers et al, 2009).
Tristeza en el corazón
Tanto la depresión mayor como la distimia son trastornos del estado de ánimo, y los síntomas pueden parecer los mismos cuando ambos están presentes, pero hay diferencias que deben tenerse en cuenta al tratar cada uno de estos trastornos.
– Asociación Americana de Psiquiatría (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, quinta edición, DSM-5. Arlington, VA. (Tr. it.: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, quinta edición, DSM-5. Raffaello Cortina Editore, Milán, 2014).