¿Por qué no me dan ganas de hacer nada?

Me gustaría hacer muchas cosas pero no hago nada

Sigo en APATIA desde que me deprimí en 2013 y me rompí la espalda en concreto una vértebra y el PIE IZQUIERDO TIBIA Y PERÓN en 2015 y no puedo salir de ella porque no tengo amigos salvo uno y tomo MEDICINA que me adormece….

Realmente tenía un tsunami de cosas nuevas en las que pensar (aprender francés para encontrar un trabajo después de las prácticas, aprender todo lo que tenía que aprender durante las prácticas, empezar a vivir con compañeros de piso, tener una vida independiente)… y al mismo tiempo me encantó mi vida aquí enseguida. Todavía recuerdo bien las primeras noches: me dormía sin poder relajar los músculos de las mejillas que te hacen sonreír.

No importa lo grandes que sean tus sueños o problemas, las cosas pequeñas son tan buenas como las grandes. Mejora en las pequeñas cosas, no te rindas y recuerda cada día agradecer lo que tienes y mejorar en lo que puedas mejorar ese mismo día. Sin hacer planes enormes y probablemente inviables a corto plazo.

No tengo ganas de hacer nada, sólo de dormir

La apatía es un síntoma de algunas enfermedades psiquiátricas, de diversas enfermedades neurológicas y del abuso de diversas sustancias psicoactivas. Además, a veces aparece asociada a: traumatismos craneoencefálicos, deficiencias nutricionales, fiebre amarilla, sífilis, hipertiroidismo, porfiria y meningitis tuberculosa.

Los expertos en el campo de las enfermedades y los trastornos mentales han establecido que deben cumplirse cuatro condiciones para el diagnóstico de la apatía; estas cuatro condiciones -que pueden denominarse criterios diagnósticos- son:

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En los últimos años, una serie de investigaciones científicas han demostrado la eficacia de un tratamiento, conocido como estimulación electroterápica craneal.Los pacientes con apatía que parecen beneficiarse más de la estimulación electroterápica craneal son los que han sufrido lesiones cerebrales traumáticas, concretamente en el lóbulo frontal del cerebro.

No querer trabajar

Me calienta pensar en los perezosos, en los que (como yo) añoran las mañanas de los domingos en las que pueden quedarse en el sofá, envueltos en una suave y cálida manta de lana, protegidos por su capullo, impotentes para esperar que pasen las horas, felices de no hacer nada…

En este escenario, la pereza representa un pecado capital y el deseo de no hacer nada suele estar enriquecido por la culpa, la vergüenza y los sentimientos de ansiedad. Los pensamientos perezosos pueden ocultarse por miedo a resultar flojos a los ojos de los demás, para protegerse y evitar ser el blanco de un juicio negativo.

No hago nada en todo el día

Incluso hoy tenía que ir a Nápoles para una audición de televisión pero, todavía no entiendo muy bien por qué, no me apetecía y me he quedado en casa, sabía que estaba perdiendo una gran oportunidad para mí.

Hoy puedo decir que si mi novio no hubiera estado ahí para apoyarme, para tranquilizarme, para reconfortarme, no sé si seguiría aquí hoy… O incluso si lo estuviera, no sé cómo estaría psicológicamente.

Esto podría explicar que te sientas abatida y sin mordiente en cuanto tu novio se va, y podría ser un indicio de que quizás aún no has superado ese duelo.

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