¿Cómo se cierran los puntos de un tejido?
Curación por primera intención
Las telas tejidas se ponían en remojo en grandes tinas llenas de agua y se golpeaban con los pies (saltus fullonicus[1]), se frotaban y se retorcían con las manos por los trabajadores (esclavos) supervisados por el responsable (liberto). El agua caliente con la adición de una arcilla esméctica llamada tierra de follón, combinada con la acción vigorosa de los pies, afieltró la lana. En Pompeya, cuando fue destruida por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C., funcionaban 39 plantas (officinae) para el procesamiento de la lana, entre ellas once fullónicas.
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Cómo curar una herida rápidamente
La estructura de los hilos de sutura varía según su origen: animal, vegetal o sintético. Y, a su vez, pueden dividirse en monofilamento o multifilamento, revestido o sin revestir, trenzado o retorcido.
Hay que tener en cuenta que las agujas de sutura cutánea tienen una sección transversal triangular, también conocida como borde de corte. Esto es para facilitar el paso a través de la piel, que al estar dotada de su propio grosor y de su propia tensión, hace que la aguja de sección triangular sea necesaria para facilitar su entrada y salida y que no se “lamine” el orificio de la incisión, haciendo que la sutura sea poco atractiva o tenga riesgo de infección.
Si se opta por un paquete de puntos sueltos, según Donati, la cosa varía un poco. A los dos pasos descritos anteriormente, a 5 mm de la rima cutánea en la primera entrada de la aguja, hay que añadir un retorno de la aguja por un paso a unos 2 mm de la misma rima cutánea. También para esta técnica, el nudo puede hacerse a mano alzada o con el portaagujas, con las mismas consecuencias descritas anteriormente.
Coser a mano con puntada invisible
Hablar de herida quirúrgica es referirse a la solución continua que se crea intencionadamente a través de la incisión de la piel con un instrumento cortante para facilitar el acceso a la zona quirúrgica durante una operación.
La cicatrización de una herida quirúrgica se articula en un proceso de tres fases que nuestro organismo desencadena cada vez que se produce una lesión. Las tres fases del proceso pueden describirse como sigue:
Las heridas quirúrgicas suelen curarse mediante un proceso de cicatrización por primera intención, excepto en aquellos casos en los que surgen complicaciones infecciosas, necróticas o de dehiscencia.
La herida quirúrgica requiere protección con apósitos adecuados que deben colocarse al final de la cirugía en el quirófano y deben dejarse en su sitio durante las 48 horas siguientes, a menos que estén visiblemente sucios de sangre, suero u otro material. Los principales objetivos del aderezo son
Después de quitar los puntos, la herida se reabre
Esta fase comienza una vez que se ha cerrado la herida. La herida se aplana y se remodela gracias a la reorganización del colágeno y la elastina. La epidermis se aclara, las fibras recién formadas se alinean a lo largo de las líneas de resistencia y el tejido se reepiteliza.
Tanto las cicatrices hipertróficas como los queloides se clasifican como trastornos fibroproliferativos que resultan de una cicatrización anormal de las heridas con un aumento o disminución de la regulación de ciertos procesos de cicatrización.
Las cremas y parches específicos pueden contribuir a un mejor resultado, pero pida consejo a su cirujano sobre qué producto utilizar para evitar la interacción con la patología o la terapia oncológica a la que se somete.