¿Qué es un hombre iracundo?

Mi marido se enfada por nada

En el Sushruta Samhita, se explica cómo tratar una herida debida a un perro rabioso: cauterizar la herida con mantequilla que luego se obligaba a beber al paciente, además, había que aplicar una pasta de sésamo en la herida mientras se alimentaba al paciente con una torta de arroz, raíces y hojas.

A continuación, la proteína L transcribe cinco cadenas de ARNm y una de ARN positivo a partir de la cadena de ARN negativa original, utilizando los nucleótidos libres en el citoplasma. Estas cinco cadenas de ARNm se traducen en sus correspondientes proteínas (proteínas P, L, N, G y M) en los ribosomas libres del citoplasma. Algunas proteínas requieren modificaciones postraduccionales. Por ejemplo, la proteína G viaja a través del retículo endoplásmico rugoso, donde se somete a un nuevo plegado, y luego es transportada al aparato de Golgi, donde se le añade un grupo de azúcar (glicosilación)[53].

Son típicas de la rabia las inclusiones intracitoplasmáticas eosinófilas, denominadas cuerpos de Negri, cuya presencia asegura un diagnóstico de rabia al 100%, aunque sólo se encuentran en un 80% de los casos[48].

Depresión e ira hacia la pareja

Como todas las emociones, la ira tiene una función adaptativa: nos permite defendernos y sobrevivir al dolor físico y emocional; nos ayuda a restablecer el sentido de la justicia tras un agravio sufrido; promueve el respeto por la propia persona y los derechos.

John Bowlby, en su Teoría del Apego, nos cuenta cómo desde los primeros años de vida los niños comienzan a construir “modelos”, representaciones de sus experiencias de interacción con sus figuras de referencia.

Algunos de nosotros, cuando nos sentimos criticados, apartados, en peligro, necesitamos que la otra persona lo “sienta”, lo “vea”, y así “subir” el tono emocional, y empezar a experimentar y expresar una ira creciente.

En el modelo de EFT, por ejemplo, esto se hace “frenando” y ayudando a la pareja a comprender sus propias experiencias, a conectar las emociones que sienten a través de la “lente” del apego y a dar un sentido personal y válido a sus emociones en primer lugar.

Detrás de la ira siempre hay mucho amor

Detrás de la ira inconsciente, exagerada y constante que se convierte en un estilo de vida, en la forma predominante de afrontar las situaciones y los problemas, se esconde un cierto grado de frustración, depresión y miedo. Miedo que surge de la sensación de no poder controlar una situación o una persona. Todo se recibe con molestia, intolerancia, rencor.

Las personas perpetuamente enfadadas tienen miedo al sufrimiento y utilizan la herramienta de la ira para intentar deshacerse de este miedo. Tienen miedo a que no se cumplan sus expectativas o exigencias, a sufrir decepciones y rechazos: en defensa del ego utilizan cualquier estrategia para “salvarse” (gritos, amenazas, romper objetos, insultos, etc.).

Marijana Jufer, ergoterapeuta, terapeuta complementaria en kinesiología TFH, kinesiología educativa, profesora de gimnasia cerebral y biorresonancia, consejera filosófica existencial, emodeladora, profesora de emodelación, vicepresidenta de la Asociación Suiza de Emodelación, responsable de la coordinación y enseñanza de la Academia Suiza de Emodelación.

Romper objetos con rabia

– No reconocen en absoluto la existencia de otras personas: los demás son vistos como personas que tienden a llenar la falta de autoestima del paciente con TLP, como “contenedores” de autoestima: son las personas que están al lado del TLP las que dan sentido a su vida.

– Los conflictos provocan un gran sufrimiento por parte del TLP: siempre parece incomprendido y maltratado por todos. Algunos expertos describen este sufrimiento como comparable a una quemadura solar de tercer grado, cuando las personas que no padecen DPB tenemos una simple quemadura solar de primer grado.