¿Qué es el amor para Freud?
El amor y el deseo de Freud
Según el neurofisiólogo Jean Didier Vincent[13] “Junto al cerebro neuronal… existe un verdadero cerebro humoral que modifica continuamente en todas sus estructuras el funcionamiento de aquél…; un cerebro indeterminado y vaporoso, responsable de la parte afectiva y pasional del individuo”. El cerebro, capaz de segregar neurohormonas específicas, genera un estado de deseo incesantemente fluctuante, capaz de motivar tanto el deseo inmediato como la acción pasional programada, de ahí el enamoramiento.
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El enamoramiento también suele provocar cambios en el organismo humano, con el objetivo instintivo de acercar a los dos individuos. Tanto en los individuos masculinos como en los femeninos se producen ciertos cambios hormonales, positivos en el caso del amor correspondido, negativos en el caso del amor no correspondido (ansiedad, estrés).
El enamoramiento según Freud
Y, por último, un apéndice dedicado al “amor en el cine”. Tantas y tantas, subraya Diena, fueron las citas literarias y cinematográficas que surgieron durante el proceso de escritura que quise incluir una sección dedicada al cine “entre mis Pasiones de Amor”.
Piensa en la famosa aria de Cherubino en “Las bodas de Fígaro” de Mozart: “Voi che sapete che sia l’amor, donne vedete se io l’ho nel cor”. Este verso de Lorenzo Da Ponte (1785) sigue siendo sorprendentemente cierto: muchas personas se preguntan si la emoción que sienten es el amor, y buscan respuestas fuera de ellos mismos y no dentro.
El amor según Jung
Jung, destacando la presencia de los arquetipos en el inconsciente humano, propuso la libido como “energía psíquica”, perdiendo así su significado original de pulsión sexual y adquiriendo el de “transformación espiritual”.
El principio de conservación de la energía total de un sistema de la física también se aplica al sistema de vida psíquica: la desaparición de un paquete de energía aparece de otra manera. Esta compensación o transformación se produce según un gradiente, es decir, según un propósito. Si para la física la transformación de la energía corresponde a un hecho científico en sí mismo inmutable, para la psicología la transformación de la energía corresponde al símbolo, que, a diferencia de la ciencia, es rico en significado.
La libido en el psicoanálisis como energía psíquica tiene paralelos en Oriente con el concepto de Kundalini. La regresión y la progresión corresponderían a los conceptos de ascenso y descenso de la Kundalini a través de los chakras. El bloqueo de la energía psíquica y, por tanto, la formación de malestar mental, correspondería a los efectos secundarios del estancamiento de la Kundalini en los siete discos.
Libros de Freud amor
Inconscientemente, el paciente transfiere a su analista los sentimientos que ha experimentado en otra relación, por ejemplo, con sus padres. Estas emociones parecen reales, tanto que uno está convencido, por ejemplo, de que está realmente enamorado de la otra persona. Sin embargo, estos sentimientos no son más que sentimientos que resurgen precisamente a causa del psicoanálisis, pero suelen estar relacionados con conflictos de la infancia.
En la transferencia positiva, los sentimientos hacia el analista son principalmente de afecto o amor. En el caso de la transferencia negativa, en cambio, el paciente desarrolla sentimientos negativos como el odio y, a menudo, impulsos sexuales. Se trata de verdaderas resistencias al análisis que deben ser desmontadas para continuar el proceso.
El analista, a su vez, debe asegurarse de que el paciente no ceda a la transferencia y, al mismo tiempo, no la reprima. A través de estos sentimientos, se pueden superar los conflictos del pasado.
Otros estudiosos, más tarde, como Ferenczi, en cambio, interpretaron este fenómeno de forma positiva y útil para el propio análisis. Sobre la contratransferencia todavía hay debate, ya que algunos expertos siguen definiéndola como un obstáculo adicional que hay que eliminar, otros, en cambio, la definen como útil. En este último caso, además, algunos creen que es útil hablar de ello con el paciente, mientras que otros psicoanalistas piensan que es un fenómeno sobre el que hay que reflexionar en solitario.