¿Cómo se manifiesta inteligencia fluida?

Inteligencia Treccani

Los antiguos romanos solían decir “mens sana” in corpore sano (mente sana en un cuerpo sano) y tenían razón: la regla número uno para tener un cerebro flexible y ágil es cultivar las mismas cualidades en el propio cuerpo. Justo lo contrario de lo que se ve en las películas donde, a menudo, el “genio” del grupo es pálido, torpe y delgado. La ciencia demuestra que la actividad física mejora la memoria y estimula el crecimiento de nuevas neuronas, las células del cerebro. De las muchas actividades físicas, la natación es el ejercicio más completo, pero todos los deportes de grupo son también estupendos.

La música es realmente un elemento de reflexión. Según el neurocientífico Michael Gazzaniga, escuchar música regularmente mejora la atención y la aptitud para la geometría. Lo ideal es no limitarse a escuchar música: aprender a tocar un instrumento musical es una excelente estrategia para crear nuevas sinapsis. Tocar un teclado, una guitarra o una flauta amplía las capacidades mentales y la coordinación motriz.

Qué es la inteligencia artificial

El envejecimiento o senectud se refiere a ese mecanismo por el que, con el paso de los años, se modifican ciertas características personales y funciones del organismo; en cuanto a estas últimas, en el proceso de senectud, las que apenas se ejercitan tienden a declinar, mientras que las que más se utilizan tienden a persistir e incluso a mejorar.

Tanto las emociones negativas como las positivas en el sujeto mayor parecen estar correlacionadas con la relación con el entorno: autorrealización, miedo al fracaso, tristeza y soledad por falta de ayuda.

Qué es la inteligencia emocional

Tradicionalmente atribuida sólo a las especies animales, hoy en día algunos atribuyen también la inteligencia, en menor medida, a las plantas y a los organismos unicelulares[2], mientras que el campo de la investigación de la inteligencia artificial intenta crear máquinas que puedan reproducir o simular la inteligencia humana.

“Una capacidad mental muy general que, entre otras cosas, implica la capacidad de razonar, planificar, resolver problemas, pensar de forma abstracta, comprender ideas complejas, aprender rápidamente y aprender de la experiencia. No se trata simplemente de aprender de los libros, de una habilidad académica limitada o de la habilidad para hacer exámenes. Más bien, refleja una capacidad más amplia y profunda para comprender nuestro entorno: “captar”, “dar sentido” a las cosas o “averiguar” qué hacer.[3]”

Diagramas circulares de las inmigraciones del noroeste de Europa (en rojo) y del sureste de Europa (en azul). Nótese el descenso-descenso de los primeros, y el ascenso-descenso de los segundos, antes y después de la Ley de Inmigración de 1924.

Cómo se mide la inteligencia

Aunque está muy estudiada científicamente, no existe una definición clara de la inteligencia y muchas preguntas siguen sin respuesta. Por ello, los teóricos sostienen que podría haber varios tipos de inteligencia relativamente independientes (la inteligencia práctica, por ejemplo), pero estas ideas no alcanzan el consenso entre los científicos. Además, aunque de forma minoritaria, algunas corrientes de investigación cuestionan las interpretaciones del factor g como indicación de la inteligencia general.

Los avances tecnológicos en la obtención de imágenes del cerebro, la neurociencia cognitiva y la genética han renovado el interés por las cuestiones de la relación entre la inteligencia y la biología humana. Abren nuevos campos científicos que tratan de vincular los datos de la biología del desarrollo del cerebro y los modelos psicológicos y psicométricos.

Varias controversias importantes están generando numerosos estudios científicos: las interacciones entre la genética y el entorno y su impacto en el desarrollo de la inteligencia; las diferencias entre grupos y entre generaciones ( efecto Flynn ) o la relación entre la salud física y la salud cognitiva (o epidemiología cognitiva).