¿Qué representa mi padre en mi vida?
Vínculo padre-hija: frases
MUCHOS MOMENTOS PASADOS A LA VEZEl primer concierto con él de ACDC, nuestra banda de rock favorita. – benny_costa Nuestra primera vez en Londres juntos. Inolvidable. – giorgiaarosiCuando me llevó a pescar con él. Tenía cinco años. Y siempre me hacía muchas fotos. – iamshirenetta Las tardes que pasamos cantando Battisti y De André, él a la guitarra y yo a la voz- – michelamonni Él y yo comiendo pescado después de dejar de ser vegetariano. – valiacia
Contenidos
TU MEJOR AMIGO Él y yo, en el coche. Nuestro tiempo para hablar. – grethazeta Cuando estaba triste y venía a mi habitación a consolarme cantando canciones de Disney. – laura.bigolin Cuando era pequeña y bailábamos juntos las canciones de Eros Ramazzotti. – valelibraa Cuando me recogía del ballet y a escondidas de mi hermano, él y yo íbamos a McDonald’s. – Conjunción
Hola, papá.
Con esta historia de que no puedo usar el coche, me veo obligado a que me lleven a todas partes, incluso al trabajo, y me siento muy avergonzado delante de mis compañeros. Me doy cuenta de todas las experiencias que he perdido hasta ahora, de que me he convertido en una mujer adulta, sin las experiencias que tienen mis compañeros adultos.
No puedo vivir mi vida, y mucho menos mi relación romántica. Mi novio muestra mucha paciencia, pero me da mucha pena y he pensado muchas veces en dejarlo para liberarlo de mi prisión.
Gent.ma, dada la enmarañada situación que describes y las complicadas relaciones que vives con tu familia, podrías intentar pedir una consulta para evaluar mejor tu situación personal y quizás hipotetizar un trabajo psicoterapéutico que te ayude a construir tu propio camino para estar mejor. SG
En mi opinión, sería aconsejable que emprendiera un viaje psicológico para investigar las causas, los orígenes y los factores de mantenimiento de sus síntomas y encontrar estrategias útiles para afrontar situaciones especialmente problemáticas, a fin de evitar que la situación se vuelva aún más rígida.
Hay padres y luego hay padres
Cuando me siento y pienso en todas las innumerables veces que me has llevado sobre tus hombros, estoy convencido de que Dios sabía lo que hacía cuando te eligió para ser mi padre. El único hombre que siempre me animó a alcanzar las estrellas fuiste tú. Le agradezco que me haya preparado para todas -o casi todas- las situaciones que podría haber cruzado en mi camino.
En este día tan especial, me gustaría dar las gracias. Por estar ahí cuando di mis primeros pasos en el mundo y por llevarme de la mano hasta que crecí. Gracias por ser mi socio en el crimen. Gracias por castigarme y enseñarme que para triunfar en la vida tengo que seguir las reglas. Gracias por gritarme, incluso cuando sollozaba y te gritaba lo mucho que te odiaba. No te merecías las cosas crueles que te dije. Gracias por empujarme a convertirme en la persona que soy ahora. Gracias por cuestionar a cualquier chico lo suficientemente valiente como para pedirte permiso para salir conmigo en el instituto, incluso a los que echaste porque los considerabas indignos de salir conmigo. Gracias por decirme que muchos hombres en el mundo no son dignos de mi amor y atención; y gracias por entenderlo.
Ver 1 artículos más
Nunca me dijo que iba a morir. Incluso cuando estaba tumbado en una cama de hospital con tubos por todas partes, no dijo ni una palabra. Mi padre hizo planes para el año siguiente, aunque sabía que no estaría allí el mes siguiente. Al año siguiente iríamos a pescar, viajaríamos, visitaríamos lugares en los que nunca habíamos estado. El año siguiente sería un año extraordinario. Vivimos el mismo sueño.
Todavía recuerdo la bofetada que me dio tras pronunciar la palabra “bar”. Admito que me lo merezco. Lo he aprendido a lo largo de los años. En ese momento, cuando todavía me ardía la piel por la bofetada, recordé la caja y las cartas. Me acordé de una carta concreta titulada “Cuando tienes la peor pelea de la historia con tu madre”.
Mi padre me ha seguido toda la vida. Estaba conmigo, aunque no estuviera cerca de mí. Sus palabras hicieron lo que nadie más pudo hacer: me dieron fuerzas para superar los innumerables momentos difíciles de mi vida. Siempre encontraba la manera de poner una sonrisa en mi cara cuando las cosas parecían ir mal o de despejar mi cabeza en los momentos de enfado.