¿Cómo desarrollar la inteligencia emocional Daniel Goleman?

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Lo mismo ocurre con otro estudio realizado en 2012, que analizó la relación entre la inteligencia emocional, la autoestima y la adicción a la marihuana: los sujetos que padecen esta adicción obtuvieron una puntuación excepcionalmente baja en las pruebas que evalúan tanto la autoestima como la inteligencia emocional.

De hecho, el hecho de que las pruebas mencionadas muestren que una persona sabe cómo gestionar las emociones y cómo comportarse en consecuencia en una situación determinada, aunque sea crítica, no significa necesariamente que esa persona reaccione de esa manera (como revela la prueba) cuando se produce esa situación.

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Un famoso estudio del psicólogo sueco K. Anders Ericsson2 había demostrado la existencia de una relación entre el número de horas de práctica y los resultados obtenidos. De hecho, Anders Ericsson había indicado que los mejores músicos y atletas eran los que estudiaban y practicaban durante más horas.

En el experimento, se pidió a los niños que eligieran entre un caramelo de inmediato y dos caramelos si esperaban un tiempo. Sólo el 30% de los niños fue capaz de resistir el impulso de comer el caramelo inmediatamente. Pues bien, Shoda, Mischel y Peake (los autores del estudio) descubrieron, al hacer un seguimiento de estos niños a lo largo del tiempo, que el 30% que era capaz de resistir el impulso de comerse un caramelo de inmediato obtenía mejores resultados en sus estudios y en la vida.

Por esta misma razón, Goleman insta a los adultos, y en particular a los padres, a esforzarse por aumentar la inteligencia emocional de sus hijos, enseñándoles a comprender sus sentimientos, a gestionar sus estados de ánimo y a adquirir habilidades emocionales fundamentales.

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Estas actitudes son perjudiciales, no sólo para quienes las reciben, sino también para quienes las cometen, porque a la larga las consecuencias son realmente notables, en la escuela y en todos los ámbitos de la vida social. Por lo tanto, son necesarios programas de prevención destinados a enseñar a los niños habilidades emocionales y sociales.

Los cursos de alfabetización emocional son una especie de “entrenamiento” destinado a interpretar correctamente las señales sociales, aprender a “ponerse en el lugar del otro” y controlar las emociones complejas, como la ira.

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Daniel Goleman lo hizo en su libro Inteligencia emocional, publicado por primera vez en 1995 y que supuso una auténtica revolución porque el supuesto que sostenía era el predominio de la inteligencia emocional sobre el coeficiente intelectual.

Su libro fue una guía reveladora de un área que pocos habían discutido antes de él, pero también proporcionó ideas interesantes sobre cómo aplicar la inteligencia emocional dentro de la propia vida.

Esto hizo que el tema fuera interesante no sólo para las personas que querían mejorar su vida cotidiana, sino también para empresarios, políticos y personalidades del mundo del espectáculo que querían atraer más al público y mejorar su imagen.