¿Cuál es el mito del destino?

Etimología del destino

“En este sentido, la suerte se diferencia tanto del destino, que se refiere a los destinos humanos y al que se le permite ser modificable, como del concepto de determinismo (conexión necesaria pero inmanente de las causas de manera que pueda descifrarse racionalmente)”[1][2] En otros autores, el término se considera superponible al de suerte[3].

James Hillman, retomando la concepción heracliteana del destino,[8] hace corresponder la idea de destino con nuestra forma de ser. Por tanto, el destino está determinado psicológicamente por las elecciones que hacemos dictadas por nuestro propio carácter o por las que hacen los demás y que nos afectan condicionando nuestro futuro[9].

El término equivalente a destino en inglés antiguo era doom, como en el Libro de Domesday, el censo de Inglaterra realizado por los normandos en 1086. Más tarde, Doom adquirió las siniestras connotaciones del cataclismo universal del fin de los tiempos (“Doom”, “Last Judgement”).

El destino en griego

Este magnífico grupo escultórico de Gian Lorenzo Bernini representa la violación de Perséfone por el dios Hades, soberano del inframundo, bajo la mirada del perro Cerbero. 1622. Galería Borghese, Roma

En el cuadro, una pintura del siglo XVI de Francesco Salviatti, ahora en el Palazzo Pitti, Florencia: las tres Moire son representadas como mujeres mayores que se preparan para cortar el hilo.

En la imagen, La barca de Caronte, un cuadro del siglo XX de José Benlliure. El autor representa al barquero como un anciano esquelético, de barba gris e hirsuta, que sostiene él mismo el remo; en el mito eran las almas las encargadas de empujar la barca.

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El destino en el amor

Los Moires Cloto y Lachesi se empeñan en torcer y enrollar el hilo del destino. El Atropo Moira espera inexorablemente para cortarlo – John Strudwick, A Golden Thread, 1885 (óleo sobre lienzo)

Las almas saciarán su sed con las aguas del río Lete, pero los que lo hayan hecho desmesuradamente olvidarán su vida anterior, mientras que los filósofos que, guiados por la razón, hayan bebido poco o nada, conservarán el recuerdo del mundo de las ideas, para que refiriéndose a ellas puedan ampliar sus conocimientos durante la nueva vida inspirados y guiados por su propio genio tutelar.

Qué es el destino

En nuestra discusión seguiremos este orden; y mientras tanto, en aras de la claridad, comencemos con un esquema de los ciclos cósmicos para una orientación preliminar en la nada fácil lectura del largo pasaje del Político:

Podemos afirmar, “según la historia y la ley de Solón”, que la metrópoli responde a la tripartición platónica del alma humana, como había señalado Timeo en la parte final de su discurso sobre el Cosmos y el hombre, y como había hecho Sócrates en la Politeia: la isla central, los dos anillos de tierra y la encerrada por la muralla tienen una correspondencia precisa con las almas racional, irascible y concupiscible; mientras que el resto de la tierra parece corresponder al cuerpo humano. Pues en la acrópolis se encontraba el templo dedicado a Poseidón; y Platón no olvida señalar que tenía “algo de bárbaro en su aspecto”.87

Mientras que la metrópoli estaba formada por círculos concéntricos y alternos de tierra y agua, la llanura rectangular estaba dividida por canales que la surcaban de norte a sur, dando lugar a treinta islas internas de enorme longitud.

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