¿Cuál es el camino para llegar a Jesús?

Gólgota

Al final de ese camino hay una puerta en dirección al Templo llamada Dolorosa (en francés antiguo: Portes Doulereuses). De aquí salió Nuestro Señor Jesucristo cuando fue conducido al Monte Calvario para ser crucificado. Por eso se llama Porta Dolorosa… A la derecha de ese Camino de Josafat hay un monasterio llamado el Reposo. Y se dice que allí descansó Nuestro Señor Jesucristo cuando lo llevaban a la Crucifixión. Y allí está la prisión donde fue puesto la noche de su captura en Getsemaní; un poco más allá está la casa de Pilatos en esa calle.

Subiendo después (por la Probatica) encontramos la casa de Herodes, y cerca estaba la casa de Pilatos, donde vimos el Lithostrotos, el lugar donde el Señor fue juzgado, y el lugar donde el pueblo estaba de pie ante el palacio cuando Pilatos salió a ellos. Subiendo por el camino por el que Cristo subió cargando la cruz, encontramos el lugar donde dijo: “Hijas de Jerusalén no lloréis por mí”. Allí se muestra el lugar donde la Virgen se aturdió mientras seguía a su hijo cargando la cruz. Y allí junto a la calle muestran una casa como lugar de recuerdo. Allí muestran el lugar donde Cristo con su cruz se detuvo y, cansado, descansó un poco. Desde allí, en dirección transversal, un camino conduce a la ciudad, donde se encontraron con Simón Cirene, que venía del campo y tomó la cruz de Jesús. Cerca de allí hay un lugar que solía pertenecer a los Frailes Menores. Subiendo por un camino, no recto, por el que ascendió Cristo, encontramos un lugar donde dicen que Helena pudo demostrar y discernir la cruz del Señor de las de los ladrones por el milagro de la resurrección de un muerto. Desde allí, continuando, entramos en la iglesia o lugar del Santo Sepulcro.

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Subida al Calvario

Los niños entran en el aula de uno en uno (hecha completamente a oscuras con unas telas en las ventanas), se enfrentan a una carrera de obstáculos en la oscuridad con un catequista cerca que les ayuda con una linterna, luego cada uno llega a su sitio y espera hasta que todos los demás hayan completado también el recorrido.

Si tenemos que ir a la montaña, ¿qué llevamos? ¿Y si vamos al mar en su lugar? Antes, cuando teníamos que caminar en la oscuridad, ¿qué y quién nos ayudaba a no caer? Un catequista hace de maniquí y mientras habla de la montaña o del mar, alguien le “viste” con alguna prenda/accesorio simbólico (jersey, chaqueta, guantes, bufanda/máscara, gafas de sol, zapatillas).

Destaca que quizá también María tuvo miedo de aceptar la invitación de Dios porque no sabía lo que iba a pasar. En este momento se enciende la vela colocada en el centro y se retiran las vendas. Y dice: “María recibió la Palabra de Dios en su corazón. Y llegó el día de Navidad y María dio a luz a un Niño. Desde entonces, su Luz ilumina y guía a todos los que la buscan y dejan que su palabra entre en sus corazones con confianza”.

Crucifixión de Jesús

Las últimas palabras pueden ser muy pragmáticas. La madre de Goethe dio instrucciones de no poner demasiadas pasas sultanas en el pastel preparado para su entierro. Algunos exhortan a sus hijos a apoyarse mutuamente. Los patriarcas de la Biblia mueren bendiciendo a sus descendientes.

No tengáis miedo, no se turbe vuestro corazón, son las palabras iniciales del Evangelio, las palabras primordiales de nuestra relación con Dios y con la vida, las que deben venir a nosotros nada más abrir los ojos, cada mañana.

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En este pasaje del Evangelio se nos presenta el dualismo que experimentamos en nuestra vida cada día: la agitación y el miedo por un lado, la fe por otro. Nuestro corazón no tiene paz, no descansa porque, si reflexionamos bien, nos damos cuenta de que la ansiedad nos atenaza a todos. ¿Quién soy yo? Estoy satisfecho en m …

Cuántas ansiedades pesan en nuestras vidas. Cuánta ansiedad, cuánto frenesí, cuántos miedos. El resentimiento de ayer, la ansiedad de hoy, el fantasma de mañana: parece que toda la vida se amontona sobre los hombros de cada uno de nosotros, especialmente de los jóvenes; y gen …

Monte Calvario Jerusalén

Por tanto, las elecciones que hacemos no son creaciones de la nada. Los preparamos con aquellos materiales que son condicionantes humanos: nuestro temperamento y nuestra historia. No podemos hacerlo todo, pero podemos dar sentido y rostro a lo que no sería más que el destino. En este esfuerzo de creación personal en respuesta a la llamada de Dios, el Espíritu llega a nosotros, no como una fuerza externa que se impone, sino como una energía interior suscitada en nosotros por la aceptación de la Palabra de Dios y la participación en la vida de la Iglesia.

Es precisamente a partir del fuerte compromiso de 12 jóvenes que el sueño de una formación internacional euromediterránea en Sicilia y el sur de Italia se hace realidad por primera vez con la… Leer más

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