¿Cómo afecta psicologicamente la soledad?

Sentirse solo y triste

Los resultados analizados coinciden con los estudios realizados durante epidemias anteriores. Algunos autores (Sprang, Silman, 2013) realizaron una investigación durante la epidemia de SARS de 2013 en los Estados Unidos de América, demostrando que las limitaciones impuestas por la cuarentena y el distanciamiento social eran factores de riesgo para el desarrollo del trastorno de estrés postraumático (TEPT) en los niños: Durante el brote, el 30% de los niños sometidos a aislamiento presentaron síntomas claros atribuibles al TEPT (aumento de los pensamientos y sentimientos negativos, mayores problemas para dormir o concentrarse, sensación constante de alerta e inseguridad), en comparación con el 1% de los compañeros no sometidos a dicha medida.

LLAMAMIENTOS INTERNACIONALES PARA LA PROTECCIÓN DE LA SALUD MENTAL DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTESDesde las primeras fases de la pandemia, diversas asociaciones/organizaciones han proporcionado orientaciones a los gobiernos sobre las medidas que deben adoptarse para mitigar los efectos de la pandemia y mejorar la salud psicofísica de los niños durante y después de la epidemia (OMS, Unicef, la Alianza Mundial para Acabar con la Violencia Contra los Niños, Human Rights Watch, etc.).

Sufrir los síntomas de la soledad

Cuando las personas se sienten solas, pueden llenar su tristeza con comportamientos que no son buenos para su salud. Así, empiezan a fumar o a consumir alcohol o se vuelven adictos a las drogas. Además, la soledad aumenta el riesgo de sufrir graves enfermedades cardiovasculares. Un estudio de 2016 en el que participaron 181.000 adultos descubrió que la soledad aumenta el riesgo de enfermedad coronaria en un 29%.

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Un estudio realizado en 2019 con más de 11.000 personas descubrió que tanto los hombres que declararon un aislamiento social superior a la media como las mujeres que declararon un aislamiento social creciente experimentaron un deterioro de la función de la memoria superior a la media en los dos años posteriores a la encuesta.

Como los empleados sienten que no están conectados emocionalmente con sus colegas, se desvinculan de la organización y de su éxito. La falta de pertenencia reduce su compromiso con la propia organización. Los empleados rara vez participan en las funciones de la organización y en los procesos de toma de decisiones importantes.

Estar solo sin familia

En este punto, los investigadores pasaron a estudiar los efectos de esta proteína en regiones específicas del cerebro. La amígdala y el hipocampo son dos regiones cerebrales implicadas en la regulación de las respuestas de miedo y el comportamiento agresivo, respectivamente. El bloqueo de la neuroquinina B en la amígdala elimina el miedo inducido por el aislamiento social, pero no el comportamiento agresivo. Por el contrario, la supresión de la misma proteína en el hipotálamo elimina el comportamiento agresivo pero no el miedo. Estos resultados están en consonancia con las dos funciones diferentes que tienen las dos áreas cerebrales, la amígdala y el hipocampo, en la regulación del comportamiento social y las emociones. Según Anderson, jefe del grupo de investigación que realizó el experimento, “los resultados de este estudio sugieren que la neuroquinina B es capaz de actuar en el cerebro para coordinar las diferentes respuestas de comportamiento inducidas por el aislamiento social”.

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La soledad puede llevar a la locura

Un nuevo estudio, publicado ahora en la revista científica Personality and Individual Differences, ha dado un paso importante hacia una mejor comprensión de las diferencias individuales en la soledad.

El sistema nervioso autónomo responde a las sensaciones corporales y a las señales del entorno de forma automática a través de tres vías de respuesta. Estas vías funcionan en un orden jerárquico específico y responden a diferentes retos de forma predecible.

La identificación de estas tres vías ha permitido superar el paradigma clásico, que considera que el sistema nervioso autónomo alterna y se equilibra entre los sistemas simpático y parasimpático, es decir, entre la hiperreacción (ataque/escape) y la relajación/recuperación de la homeostasis.

El circuito ventrovagal nos permite, cuando estamos en un estado de seguridad, promover otra seguridad. Interceptamos estas señales a través de la interacción social, decodificando instintivamente los mensajes derivados del contacto visual y la voz. Al enviar señales de respuesta, entablamos relaciones y promovemos la autorregulación de las sensaciones fisiológicas.

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