¿Cuando un niño rechaza a su padre?

Cuando los bebés se apegan a sus madres

Sobre todo si tenemos en cuenta que también son una enorme fuente de estrés tanto para el niño como para los padres: la relación se tensa, la confianza se rompe, tu hijo no te escucha y las tensiones aumentan.

Si intentamos amoldarlo a una preimpresión que tenemos en la cabeza sólo porque creemos que es lo correcto o porque también nos adaptamos a modelos externos o previos, él percibe que no vale nada, que no es lo que quieres de él.

Vivimos inmersos en una cultura que aún arrastra la herencia de un sistema de régimen en el que las mismas normas aplicadas en un cuartel se creían también adecuadas para el entorno familiar:

Debido a este modelo, creemos que los niños son recipientes vacíos que hay que llenar con modales, normas y buen comportamiento. Creemos que los premios y los castigos sirven para enderezarlos, que los halagos les levantan el ánimo y fortalecen su espíritu. Estamos convencidos de que las restricciones son la única herramienta que tenemos para hacerles entender quién manda y que, tal vez, con el sufrimiento aprendan la lección.

Hijo enamorado de su padre

Según una reciente sentencia del Tribunal de Casación, nº 26810/2011, el comportamiento del cónyuge custodio que explota la negativa del menor a ver al otro progenitor al no favorecer las visitas establecidas por el juez, constituye un delito.

Los jueces de primera instancia habían declarado a una madre responsable del delito contemplado en los artículos 81 y 388/2 del Código Penal, condenándola a seis meses de prisión, así como a una indemnización por daños y perjuicios a favor del demandante civil, por haber eludido reiteradamente las medidas con las que el juez civil había regulado el derecho de visita del cónyuge del que se había separado respecto a su hija, negándose a entregarla a su padre.

El padre recurrió esta decisión ante el Tribunal de Casación, alegando que los jueces de segunda instancia se habían basado exclusivamente en los resultados de la apelación, ignorando por completo las pruebas consideradas por la sentencia de primera instancia, y habían llegado a la exclusión de la conducta dolosa de forma totalmente arbitraria.

¿A qué edad puede un niño decidir no ver a sus padres?

Nuestro ordenamiento jurídico no contempla la obligación incondicional de los descendientes (hijos y/o nietos) de una persona de asistirla material y afectivamente. El padre que es económicamente …

La información que le han dado es parcialmente incorrecta. Las condiciones que rigen la separación son siempre, en abstracto, susceptibles de modificación. La modificación, sin embargo, debe basarse en …

Respondiendo inmediatamente a su pregunta, para poder obtener la declaración de emancipación hay que tener al menos 16 años y casarse, previa autorización del …

Mi hija prefiere a su padre separado

El niño espera que se le proteja, se le comprenda y se le ayude porque tiene necesidades y miedos que también tienen los adultos, pero sobre todo necesita saber con seguridad que sus padres seguirán cuidando de él y que le querrán como antes.

Sin embargo, esta dinámica no siempre es reconocida por el progenitor alienante, que tampoco programa necesariamente al niño, diciéndole explícitamente lo que tiene que decir que es negativo sobre el otro progenitor. Se trata entonces de comprender cómo puede seguir haciéndolo.

Por último, se puede presionar directamente al niño para que mienta sobre determinados comportamientos, que el otro progenitor nunca ha realizado, construyendo a propósito una serie de frases, que debería denunciar, para justificar su negativa.

Las estrategias pueden ser muchas, pero todas tienen en común la necesidad de denigrar al progenitor objetivo para hacerle quedar mal a los ojos del niño, para que se niegue a ir a vivir con él.