¿Cómo son las visitas a los hijos de padres separados?

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En cuanto a la custodia de los hijos, en un auto reciente (Cass. ord. nº 19323/20), el Tribunal Supremo de Casación ha vuelto a aclarar cómo conciliar las necesidades de los menores de tener una vida tranquila, permitiéndoles ver también al progenitor no custodio que vive a varios kilómetros de distancia.

La custodia compartida, según la ley correspondiente, establece que durante el proceso de separación o divorcio de la pareja, la custodia de los hijos corresponde a ambos progenitores.

La existencia de un desacuerdo entre los cónyuges no impide recurrir a esta forma de custodia si se mantiene dentro de los límites de la incomodidad tolerable para la prole, mientras que justifica la custodia exclusiva si se manifiesta en formas que ponen en peligro el equilibrio y el desarrollo psicológico y físico de los hijos.

Los padres separados no tienen derecho a pasar el mismo tiempo con sus hijos

El derecho de visita está protegido en nuestro ordenamiento jurídico para permitir, por un lado, que los hijos puedan tener una relación significativa y continuada con ambos progenitores y, por otro, que el progenitor no custodio pueda visitar a los hijos después de que se haya producido la crisis matrimonial

El legislador ha previsto una serie de protecciones civiles y penales cuando, a pesar de la existencia de una orden judicial que regula el régimen de custodia de los hijos menores, el ejercicio del derecho de visita del progenitor o cónyuge no custodio y/o no custodio es obstaculizado, violado o comprometido por el otro progenitor.

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Los llamados “Espacios Neutros” representan ese servicio que ofrecen los Servicios Sociales para facilitar la afirmación del derecho de los menores a tener y mantener una relación con sus padres en la crisis familiar. Se puede acceder a ellos por petición conjunta y compartida de ambos progenitores o por indicación o prescripción de los propios Servicios Sociales o por orden directa del Juez.

La madre impide que el padre escuche a su hijo

Una orden de restitución del menor al Estado de residencia habitual no interfiere con el régimen legal de custodia del menor anterior a la sustracción y, por tanto, no implica la custodia del menor al progenitor sustractor.

La persona que reclama la sustracción también indicará, si la conoce, la dirección en la que puede encontrarse el niño y los nombres de las personas que puedan estar implicadas en la sustracción.

En caso de que un niño sea sustraído del Estado extranjero de residencia habitual y llevado a Italia, el Convenio de La Haya de 25 de octubre de 1980 se aplica en Italia según el procedimiento establecido por la ley de ratificación de 15 de enero de 1994 nº 64.

Según la legislación italiana, la sustracción y retención de un menor en el extranjero constituye un delito castigado con penas de prisión de uno a cuatro años (artículo 574 bis del Código Penal). Hay que tener en cuenta que estos límites de la pena no permiten la aplicación de la detención preventiva ni de las escuchas telefónicas. Sin embargo, en muchos Estados, la sustracción y la detención de un niño en el extranjero no están tipificadas como delito, o lo están en determinadas condiciones.

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Visita del calendario de YouTube a los niños de los separados

El calendario de visitas pretende, por tanto, no socavar la relación padre-madre-hijo, ayudándola en términos cualitativos. El tiempo, por tanto, se convierte en un bien preciado, que hay que aprovechar.

Por lo tanto, se intenta que ambos progenitores ejerzan el sentido común, especialmente en periodos largos, garantizando que el niño permanezca con el progenitor no custodio durante al menos quince días.

Ciertamente, Internet en este sentido ayuda mucho, gracias a las herramientas tecnológicas que pueden reducir las distancias, quizás aprovechando los programas informáticos que permiten hacer videollamadas o intercambiar fotografías.

La ley, en este caso concreto, pretende desarrollar los principios de coherencia y sentido común de los dos cónyuges que se separan, para no obligar al niño a desplazarse constantemente, especialmente durante el curso escolar.

Un psicólogo podría intervenir para ayudar, para intentar resolver la dinámica familiar cuando se considere que está gravemente comprometida.

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