¿Cómo sé que mi familia no me quiere?

Liberarse de una madre tóxica

En las relaciones insanas, hay dos elementos principales que contribuyen en poco tiempo a desordenar por completo nuestro sistema, y hacen que se instale una verdadera dependencia emocional.

Cuando la otra persona tiene repetidamente un comportamiento poco claro, primero dice que sí y luego que no, y luego vuelve a cambiar las cartas. Me deja, me lleva, huye, luego vuelve súper enamorado, me dice cosas buenas y luego malas…

Practicar el No Contacto significa no llamar por teléfono, no escribir, no hablar con la otra persona aunque te encuentres con ella y trate de decirte algo, ya sea agradable o negativo. Significa no responder a ningún intento de contacto de la otra persona, ni de provocación, ya sea escrita o verbal, y limitarla al mínimo cuando sea realmente necesaria.

A menudo, la persona piensa que está siendo mezquina al aplicar ese cierre. Cree que no puede hacer frente a la situación, y algunos huyen literalmente. Y pronto vuelven a entrar en el circuito deletéreo del amor malsano a su costa, para no salir de su zona de confort.

Hijos adultos de familias disfuncionales

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL AMORIS LAETITIA DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS OBISPOS A LOS SACERDOTES Y DIÁCONOS A LAS PERSONAS CONSAGRADAS A LOS ESPOSOS CRISTIANOS Y A TODOS LOS FIELES LAICOS SOBRE EL AMOR EN LA FAMILIA

[3] Discurso de clausura de la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos (24 de octubre de 2015): L’Osservatore Romano,26-27 de octubre de 2015, p. 13; cf. Comisión Bíblica Pontificia, Fe y cultura a la luz de la Biblia. Actas de la Sesión Plenaria de 1979 de la Pontificia Comisión Bíblica, Turín 1981; Conc. Ecum. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 44; Juan Pablo II, Lett. enc. Redemptoris missio (7 de diciembre de 1990), 52: AAS 83 (1991), 300; Exhort. Evangelii gaudium (24 de noviembre de 2013), 69.117: AAS 105 (2013), 1049.1068-1069.

  ¿Cuál es la clasificación de la familia?

[181] Cf. Ecum. Vat. II, Const. Pasado. Gaudium et spes, 51: “Todos sabemos que la vida humana y la tarea de transmitirla no se limitan a los horizontes de este mundo y no encuentran allí ni su plena dimensión ni su pleno sentido, sino que conciernen al destino eterno de la humanidad”.

Alejarse de la familia de origen

Me pregunto si no está pasando por una fase de cambio en la que sus necesidades están cambiando, mientras mantiene un fuerte vínculo con su prometido. Sólo falta que ella lo descubra junto a él. Saludos cordiales.

Querida, las dudas que describes pueden ser o bien una señal de alarma de que algo no va bien en la pareja, o bien un momento de cansancio dada la duración de la relación. ciertamente, desahogarse, entenderse a través de una entrevista individual sería de la máxima ayuda para desentrañar tus dudas.

Estar en pareja implica una sucesión de fases evolutivas caracterizadas por momentos críticos y cambios naturales: sólo si se abordan permiten que la pareja progrese. Seguramente su confusión o sus “pensamientos persistentes” son señales que podrían indicar que dentro de la relación algo no está funcionando como antes o podría haber dinámicas relacionales no resueltas. Es una larga historia, yo aprovecharía esta confusión para intentar conseguir algo de claridad a través de la ayuda de un terapeuta de orientación sistémica-relacional.

Padre tóxico

En estas familias podemos encontrar padres egoístas o narcisistas, padres que desvalorizan y critican a sus hijos o simplemente padres que podrían calificarse de malos. Las familias disfuncionales pueden agruparse en torno a 3 macrogrupos (que luego, obviamente, pueden incluir muchos subgrupos y matices):

  ¿Que se le dice a una hija que cumple 18 años?

¿Cómo entender ser hijo de padres tóxicos? Evidentemente, las actitudes tóxicas de los padres tóxicos dejan heridas profundas en el alma de los niños que luego se reflejan en determinados comportamientos hacia los demás y hacia ellos mismos. ¿Cuáles son concretamente los comportamientos que un padre tóxico tiene con su hijo?

Los padres tóxicos están emocionalmente fuera de control. Tienden a dramatizar incluso los problemas menores y ven cualquier posible desaire como una razón para volverse hostiles, enojados, verbalmente abusivos o destructivos.

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