¿Qué debemos hacer para llegar a la perfección?

Perfeccionismo patológico

Generalmente, estas personas no acuden a terapia para trabajar esto, sino por problemas de ansiedad, depresión (como consecuencia de acontecimientos vitales fuertes e incapacitantes, o que les obligan a reconciliarse consigo mismos), o incluso porque llevan años sufriendo trastornos psicosomáticos a los que no encuentran remedio.

Con respecto a una situación concreta que le resulte cercana, pregúntese: objetivamente, ¿qué he hecho? (¡felicítese por lo bien que lo ha hecho y por su compromiso!) y ¿qué podría mejorar, si es que hay algo?

El perfeccionismo es inseguridad

Mientras que otras veces, aunque uno es consciente de sus límites, decide deliberadamente ignorarlos para seguir su objetivo “inalcanzable”, incluso a costa de las malas consecuencias para su salud (estrés, ansiedad, miedo).

Evidentemente, cuando hablamos de estas cuestiones, nos referimos al “perfeccionismo negativo” y no a la sana necesidad de mejorar uno mismo y su vida, día tras día. Estudios recientes han descubierto que el perfeccionismo actúa en la psicología humana como un fuerte factor disfuncional, de resistencia al cambio, para este tipo de trastornos.

La ansiedad permanente por los posibles errores que acechan en la vida no sólo caracteriza el perfeccionismo en los trastornos alimentarios, sino que también es común en el trastorno obsesivo-compulsivo y la fobia social.

Lo que el perfeccionismo esconde

Significa repensar todo lo que podríamos haber hecho y dejado de hacer, ponernos una cadena al cuello con el pasado, medirnos con los demás y detenernos si no somos capaces de distinguirnos.

Las dimensiones que lo representan incluyen la excesiva preocupación por cometer errores, las críticas y expectativas de los padres, la excesiva necesidad de organización, los altos estándares personales.

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Perfeccionismo neurótico

Dibuja en la pizarra un camino pavimentado con muchas piedras (véase la ilustración de la página siguiente). Explica que este camino representa el proceso a seguir para alcanzar la perfección. Escribe Perfección al final del camino.

Recuerda a los miembros de la clase que, aunque no podemos alcanzar completamente la perfección en esta vida, podemos hacer grandes progresos hacia ella. El Señor espera que hagamos todo lo posible para renunciar a nuestros pecados y llegar a ser perfectos; y nos ha dado el Evangelio para ayudarnos a hacerlo.

Recuerda a los miembros de la clase que la perfección no se consigue en un instante. Cuando nos sentimos desanimados porque nos parece que estamos muy lejos de la perfección, podemos dedicarnos a aprender y a progresar en una o dos áreas a la vez. A partir de las siguientes situaciones (u otras adecuadas para los miembros de la clase), hable de cómo al mejorar en aspectos individuales del evangelio podemos progresar hacia la meta final de la perfección.