¿Qué debe tener un niño para ser feliz?

Cómo educar a un niño bilingüe

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Lo estoy recomendando a todos los padres que conozco. Lo descubrí por casualidad y con una hija de casi 13 años y un niño de 7. Leer, leer, leer y leer.Abre la mente en un mundo de gente cansada, ocupada, con prisas y sin paciencia.

Libro sobre la crianza de los hijos

Ser capaz de sobrevivir una tarde entera en casa sin ninguna intervención tecnológica o de los padres empuja a los niños a ser autosuficientes, a encontrar formas de llenar su tiempo y a sentirse orgullosos y satisfechos con las decisiones que toman sin la interferencia de nadie: “por su cuenta”.

Si quieres que tu hijo no se pase días enteros en casa, solo, por miedo a la confrontación con sus compañeros, acostúmbrale a afrontar las relaciones de forma creativa: bromea, sé un bufón de la corte, ríete de ti mismo y no te tomes demasiado en serio.

Cómo tratar a un niño de 3 años

En la mayoría de los casos, los síntomas similares a los que acabamos de describir son una reacción temporal debida al estrés experimentado en el periodo posterior al nacimiento, tanto en relación con las propias demandas del niño como con las de otros miembros de la familia.

Sin embargo, el estado de depresión no conlleva automáticamente una alteración del comportamiento interactivo por parte de la madre: en algunos casos, las madres deprimidas, si los síntomas no son especialmente graves o si existen determinados factores ambientales de protección (por ejemplo, una pareja o una red social de apoyo) también son capaces de interactuar y proporcionar una respuesta adecuada a las necesidades del niño.

A pesar de la creciente atención que se presta a la depresión posparto, este trastorno a menudo no se reconoce a tiempo, ya sea porque suele confundirse con el bajón anímico normal de las nuevas madres o porque éstas tienden a callar sus síntomas por miedo o vergüenza.

Crianza de los hijos

Tarde o temprano llegan (casi) para todas las madres: un niño a los dos años cambia su comportamiento, alcanza el hito de los llamados terribles 2, ese periodo de NO que los niños atraviesan entre los 18 meses y los 3 años, y que suele durar unos meses (máximo un año).

En cambio, nosotros queremos aspirar a la obediencia por “valor”: es decir, el niño aprende poco a poco a distinguir lo correcto de lo incorrecto y, con nuestra ayuda, crea un sistema de valores que le ayudará a elegir el comportamiento correcto.