¿Cuando la mente no piensa el cuerpo sufre?

Sensación de no estar presente

Sigue a la mente errante, hazlo durante 5 o 10 minutos (quizás pon un despertador) e investiga como si fueras un detective, averiguando a dónde te ha llevado tu cabeza. Seguramente hacia el futuro (provocando ansiedad) o hacia el pasado (provocando nostalgia, arrepentimiento, remordimiento y rumiación).

Registra cada etapa de este viaje mental, escribiéndola en una especie de “diario de pensamientos”. A continuación, vuelve al presente, con la ayuda de la atención concentrada o la repetición del mantra.

Muchas investigaciones revelan algo absolutamente inquietante: los seres humanos pasan entre el 46% y el 60% de su tiempo pensando en el pasado y el futuro. Así que sólo el 40% de nuestra vida transcurre en el presente.

Cuando el alma sufre el cuerpo paga

Pero la depresión también afecta al cuerpo. El enfermo siente que no tiene energía y que todo es demasiado agotador. Duerme mal, intranquilo o, por el contrario, se queda en la cama todo el día; nunca tiene apetito o come en exceso, bajo la constante presión del hambre “nerviosa”.

En la práctica clínica, el modelo de Beck se observa sistemáticamente. La persona deprimida tiene una visión negativa de sí misma, de los demás y del futuro. Veamos, uno por uno, los tres puntos de la tríada.

Las penas se convierten en enfermedades

Las compulsiones son conductas repetitivas e improductivas que a menudo se ejecutan de forma ritual -también pueden ser operaciones mentales- y que el sujeto se siente obligado a ejecutar para reducir la ansiedad o evitar acontecimientos temidos.

Cuando los neurocientíficos compararon los escáneres cerebrales de grupos de personas con TOC con los de grupos de personas sin TOC, descubrieron que hay ciertas áreas del cerebro que funcionan de forma diferente. Los enfermos de TOC intentan desesperadamente librarse de esta ansiedad interminable y paralizante.

Las terapias basadas en la evidencia para el TOC son la terapia cognitivo-conductual (terapia de exposición y prevención de la respuesta) y la terapia farmacológica.

Los estudios demuestran que una media del 70% de los pacientes mejora con la intervención cognitivo-conductual y/o farmacológica. Los pacientes que responden al tratamiento farmacológico muestran una disminución media de los síntomas de entre el 40 y el 60 por ciento, mientras que los que son tratados con psicoterapia cognitivo-conductual informan de una disminución media de los síntomas de entre el 60 y el 80 por ciento.

Sensación de no sentir el propio cuerpo

Mujer 46 a. “Me siento como empujada al pasado, toda mi vida pasada me parece clara, pero no soy consciente del presente, de lo que hago, de lo que soy; sólo en el pasado me siento yo misma; me veo obligada a refugiarme en el pasado.” (Callieri y Semerari, cit.)

“La literatura psicoanalítica sobre la despersonalización se expone a menudo al riesgo de la tautología teórica: por ejemplo, la teoría de la “retirada de la inversión” corre el riesgo de no ser más que una paráfrasis en términos psicoanalíticos de un pensamiento que sigue siendo descriptivo.” (Le Goc-Diaz, 1988)

“Creo que la despersonalización es una repetición de experiencias humanas universales como la del niño que pierde el pezón de su boca. Creo que esta experiencia representa la inevitable etapa de transición entre el trauma de la pérdida del objeto y la etapa defensiva de afrontar la pérdida integrando el objeto perdido en el ego con la ayuda de algún mecanismo de defensa arcaico.”

Jacobson (1959) opta por la clave interpretativa de un conflicto narcisista: “Aparentemente los estados de despersonalización siempre representan intentos de resolver un conflicto narcisista. Como tales estados pueden ser causados por la pérdida repentina del amor o del objeto amoroso, presuponen relaciones de objeto narcisistas. Pero este conflicto narcisista no surge de una ruptura entre el superyó y el yo, como ocurre en la depresión. Se desarrolla dentro del ego y surge de las luchas entre identificaciones e imágenes de sí mismo en conflicto”.