¿Cómo dejar de Sobreanalizar las cosas?

Cómo dejar de rumiar

Por ejemplo, podemos ir caminando por la calle tranquilamente comiendo un helado y ver un bonito árbol y pensar en lo bien que quedaría en nuestro jardín y, si hace calor en ese momento, en lo agradable y fresco que podríamos tener la sombra.

A diferencia de las obsesiones, que son involuntarias, las compulsiones, conductas repetitivas que se realizan para aliviar la ansiedad y el sufrimiento creados por los pensamientos obsesivos, son intencionales y, por tanto, voluntarias, aunque puedan parecer conductas automáticas.

Patología de la cría

Reconoces la tendencia a rumiar los problemas porque tus pensamientos tienden a ser repetitivos, como las escenas de una película que has visto una y otra vez. Siempre pasas por el mismo punto, como en una espiral, y no puedes salir de él. Te encuentras hundido en un bla bla bla sin sentido que sólo trae malestar y molestia.

En nuestra cultura esperamos firmemente que ciertas cosas sean nuestras: tener suficiente dinero, un trabajo satisfactorio, una buena salud media, relaciones positivas con los demás. Nos parece normal que estas cosas formen parte de nuestra vida.

Cuando te parezca que no hay soluciones a mano, haz una lluvia de ideas para ti mismo: coge papel y bolígrafo y deja que todas las posibles soluciones a tu problema fluyan una tras otra. No importa si parecen irrealizables, deja que fluyan de todos modos. Haz una buena lista.

Síntomas de sobrepensamiento

Ahora que has leído estas frases, probablemente estés pensando “sí, es fácil decirlo”, pero no te dejes llevar por esa creencia. Sé lo que sientes, yo también he pasado por ello, por eso estoy seguro de que puedo sacarte ese “zumbido” que te da ese molesto exceso de pensamiento que nunca puedes ignorar.

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Escribe un comentario para “Cómo dejar de pensar demasiado: la guía definitiva para eliminar los pensamientos negativos. Técnicas eficaces para controlar la ansiedad y el estrés. 7 estrategias para crear nuevos hábitos y pensamientos positivos”.

Pensar demasiado en la enfermedad

Pensar demasiado ocupa nuestra mente de forma que nos impide pensar con claridad, nos mantiene distraídos y consume nuestra energía mental, lo que se traduce en menos tiempo y energía para hacer el trabajo real. Impone una carga cognitiva en nuestra mente que nos distrae de pensar en el futuro y de hacer verdaderos progresos.

Todo el mundo puede pensar y repensar las cosas de vez en cuando, pero los pensadores crónicos, los que pasan la mayor parte del tiempo rumiando y poniéndose bajo presión, confunden lo que yo llamo “presión positiva” con el estrés.

Frases como “qué pasaría si” y “debería” dominan el pensamiento, como si un jurado invisible se sentara a juzgar la vida. ¿Conoces a alguien que se pone nervioso cada vez que publica en Internet porque le preocupa profundamente cómo interpretarán los demás sus publicaciones y actualizaciones?

“Como nos sentimos vulnerables cuando pensamos en el futuro, seguimos intentando resolver los problemas en nuestra cabeza”, dice David Carbonell, psicólogo clínico y autor de “El truco de la preocupación: cómo tu cerebro te engaña para que esperes lo peor”.

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