¿Qué es la codicia en la Biblia?

Qué es el orgullo

Sin embargo, la envidia reaparece y sigue reapareciendo, incluso entre los cristianos (Filipenses, 1:15; 1 Corintios, 3:3; Romanos, 13:13). Es evidentemente un sentimiento muy bien arraigado en la naturaleza humana.

No fue porque Abel lo tuviera que Caín no pudo tener el favor del Señor. De hecho, “el Señor dijo a Caín: ‘¿Por qué estás enfadado? y ¿por qué tienes el rostro abatido? Si te va bien, ¿no alzarás tu rostro?” (Génesis 4:6-7). Dios no estaba enfadado con Caín, él fue el que hizo todo mal.

Se trata de buscar de todo corazón esa fuente eterna que nos permite cambiar nuestra forma de pensar y entrar en una vida verdaderamente nueva. Buscar con verdadero amor, incluso a costa de la propia vida.

Sinónimo de avaricia

“El pecado lleva al pecado; por la repetición de los mismos actos engendra el vicio. El resultado son inclinaciones perversas que oscurecen la conciencia y alteran la valoración concreta del bien y del mal. De este modo, el pecado tiende a reproducirse y fortalecerse”. Algunos pecados “se llaman capitales porque generan otros pecados, otros vicios” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1865-1866).

Enseguida se ve que el riesgo de reducirlo todo a la gula no sólo aparece en las vidas individuales: ¡cuánto engañaron las grandes ideologías del siglo XX a generaciones enteras con que bastaba para saciar la barriga tener “hombres nuevos”!

Envidia pecado capital

El Decálogo contiene todas las reglas que un hombre justo y un buen cristiano deben seguir para llevar una existencia social y religiosa adecuada. Básicamente, los Diez Mandamientos enumeran los deberes básicos del hombre hacia Dios y el prójimo. Basta con transgredir uno de los Mandamientos para ir en contra de toda la Ley divina.

  ¿Qué comer antes de entrenar para no adelgazar?

El Nombre tiene, por su propia naturaleza, un valor sagrado en la religión cristiana. Cuando recitamos la Señal de la Cruz damos la gracia a Dios, al Salvador y al Espíritu Santo, consagrando a ellos nuestra jornada y nuestras oraciones. El bautismo, en cambio, ve la consagración del nombre del nuevo creyente, que “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” es santificado y recibido en la Iglesia. Por eso, en el caso de los niños recién nacidos, la Iglesia pide que el nombre elegido por los padres sea uno que respete la religión cristiana y sus misterios.

La avaricia es la anafectividad

Deuteronomio 8:3 Por eso Dios os humilló, os hizo pasar hambre y os alimentó con el maná que no conocíais y que vuestros padres nunca habían conocido, para haceros comprender que no sólo de pan vive el hombre, sino que el hombre vive de lo que sale de la boca del Señor.

Primera Carta de Pedro 4:3 Ya está bien de satisfacer los deseos del paganismo, viviendo en el libertinaje, las pasiones, las orgías, la embriaguez y el culto ilícito a los ídolos.

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